jueves, 26 de abril de 2007

Lisboa, ciudad atractiva, agradable y barata.



Lisboa reúne muchos atractivos turísticos por los que merece la pena visitarla, pero además hay que sumarle que es una ciudad que está cerca, es barata y da gusto callejear por sus calles. Además es la ciudad más grande de Portugal así como la más rica, y ostenta el título de capital del país.

Entre otras muchas cosas el visitante no debe dejar de visitar la torre de Belem, la mítica cafetería Brasileira y subir hasta el Castelo de San Jorge, dónde uno puede disfrutar de espectaculares vistas de toda la ciudad. Desde allí puede verse el monasterio de los Jerónimos -diseñado en estilo Manuelino- o el imponente puente "25 de Abril" sobre el Tajo, entre otros lugares. Y es precisamente este lugar por el que recomiendo acceder a la ciudad si se va en coche. Y no precisamente por los atascos que se producen -hoy en día menos que hace unos años debido a la alternativa del puente Vasco de Gama, de 17 kilómetros de longitud-, sino por su similitud al Golden Gate de San Francisco.

Junto a la torre de Belem
Extramuro del castillo de Lisboa
De estilo Manuelino, típico en la arquitectura portuguesa
Monumento a los descubridores y puente 25 de Abril, al fondo
Puente Vasco de Gama (*pulsar para aumentar el tamaño)

Pasear por el casco urbano de la ciudad y perderse entre sus antiguas calles, sin apenas tráfico y con infinidad de pequeños tranvías que suben y bajan las empinadas cuestas lisboetas, es una auténtica delicia. El aspecto de viejo de las cosas -pero no por ello de dejado y/o sucio- da un aspecto bohemio al corazón de la ciudad.

Típico tranvía portugués, siempre hasta la bandera
El tranvía a su paso por la catedral

Pero no todos los punto de interés nos trasportan varias décadas atrás. La nueva estación de tren o el aquarium de la ciudad -el segundo más grande de Europa, con más de 15.000 animales y plantas- son otros lugares que no deben ser pasado por alto.

Nueva estación de tren, diseñada por Calatrava
Frente al aquarium de la ciudad

Bratislava


El tren a su llegada a la capital eslovaca

Caminando por la capital Eslovaca, uno puede respirar tranquilidad. Se trata de una ciudad casi muerta durante el día, sin apenas ruidos y con gente de esta guisa, que aprovecha cualquier momento para descansar. Sin embargo durante la noche se transforma. Los jóvenes que durante el día no se dejan ver sí lo hacen al final del día. Los bares del centro ayudan a que haya ambiente y los más jóvenes se ven empujados  a no quedarse en casa.

Un trabajador en un momento de relax
Bratislava es la ciudad con mayor densidad de población del centro de Europa. Está situada a orillas del Danubio y a escasos 60 kilómetros de Viena, peculiaridad que las convierte en las dos capitales de Europa más próximas. Su población oscila sobre el medio millón de habitantes.

La ciudad es la sede del parlamento y del gobierno eslovaco. Cuenta con una gran oferta artística, cultural y educativa y en los últimos años está sufriendo un proceso de transformación, tanto a nivel de rehabilitación de edificios emblemáticos como en la mejoras de las deterioradas infraestructuras heredadas del antiguo régimen comunista.
Desde el punto de vista monumental y artístico, la ciudad vieja (centro histórico) es la zona de mayor interés para el visitante, caracterizada por el gran número de palacios barrocos. Pintoresca y muy acogedora, son varias las esculturas dedicadas a personajes ilustres* de la ciudad las que decoran sus calles. Y es precisamente en esta zona donde el viajero puede disfrutar de una gran variedad de comercios y servicios.

Pablo con un paparazzi
Junto a Napoleón en el centro de la parte histórica
Un monje da la hora desde un ventanal

Su ayuntamiento -formado por tres edificios construidos durante los siglos XIV y XV- es en la actualidad sede del museo de la ciudad.

Fachada del ayuntamiento
Patio interior y torre del ayuntamiento

Otro de los lugares que merecen una mención especial es su puerto fluvial, donde se pueden ver una gran actividad por parte de enormes barcos mercantes.

Pero el símbolo de la ciudad es sin duda el castillo, erigido en lo alto de una colina -a 85m. sobre las aguas del Danubio- en el siglo XV durante el reinado de Segismundo de Hungría. Las vistas desde allí son realmente espectaculares, pudiendo obtenerse una panorámica de la ciudad de 360º. Actualmente alberga el museo Nacional de Eslovaquia con exhibiciones arqueológicas, históricas y artísticas. Pese a que sufrió un incendió considerable, fue restaurado poco después.

Sobre el Danubio con el castillo de fondo

El puente Nový Most es sin lugar a dudas el mejor nexo de unión entre la parte vieja y nueva de la ciudad, divida por el Danubio. Sirve tanto para vehículos como para peatones y en él suelen exponerse fotografías de gran tamaño que hacen que el tiempo empleado para pasar de un lado a otro sea muy ameno. Pero lo que lo hace ser un lugar particular es su torre, desde donde uno puede contemplar el ir y venir de embarcaciones por el Danubio al tiempo que come en su restaurante en forma de ovni.

Puente Nový Most sobre el Danubio con su torre y restaurante en forma de ovni

Culturalmente Bratislava es el punto más importante del país. Este carácter multicultural queda patente al poco de pasear por sus calles, siendo alemanes, húngaros y judíos -además de eslovacos- los grupos étnicos que hay en la ciudad. Además los teatros, museos, galerías, salas de conciertos, cines, clubes y otras instituciones culturales dan muestra de ello.

Antiguo edificio del teatro Nacional

Y para descansar qué mejor que el albergue de la juventud de la ciudad, un lugar donde lo normal es salir de allí con un buen puñado más de amigos viajeros que los que se tenía antes de llegar.

En la siniestra recepción del youth hostel

miércoles, 25 de abril de 2007

"Stari most", en Mostar (Bosnia)


Mostar lleva su nombre por el Puente Viejo (Stari most) y sus dos torres. Se trata de una ciudad patrimonio de la humanidad situada en Bosnia, que lucha por recuperarse del caos de la guerra de hace ya más de una década.

El puente de Mostar siempre ha sido considerado todo un símbolo por servir de unión entre las dos culturas en que está dividida la ciudad, con los católicos croatas al oeste y los musulmanes al este del río Neretva. Al comienzo del conflicto bélico en Mostar, croatas y musulmanes se aliaron para expulsar a los serbios, pero una vez conseguido este objetivo, se declaró una nueva lucha entre musulmanes y croatas por tomar el poder de la ciudad. Durante la guerra, el puente fue destruido, derrumbándose así todo un símbolo de la convivencia entre culturas, de la que la ciudad había sido siempre un claro ejemplo.
El puente, símbolo clave en la reconciliación de ambas culturas tras la finalización del conflicto en 1995, fue reconstruido con fondos de la UNESCO e inaugurado en el 2004, contribuyendo así a que la convivencia entre culturas vuelva poco a poco a ser el ejemplo que constituía antes del conflicto. En la actualidad se ha conseguido que las personas sean libres de pasar de un lado al otro de la ciudad, con independencia de su procedencia étnica, si bien permanecen ciertos resentimientos que tardarán probablemente muchos años en desaparecer. By: zulaicamedium

domingo, 22 de abril de 2007

Cuando lo importante es conocer mundo...


Cualquier cosa se es capaz de hacer cuando uno siente que está haciendo lo que más quiere. Me refiero a cuando uno está disfrutando el momento, poco importa el cómo se ha llegado a ese punto, o el qué viene después. Conocer nuevos lugares, nuevas culturas, nuevas gentes... eso es lo que a mí me lleva a no pararme a pensar cómo voy a llegar a conseguirlo. Viajo, "economizo" y por ello me permito el lujo de conocer más y más. Saco mi poco tiempo, y lo aprovecho. En este caso, el dormir no es una traba. Basta con encontrar un lugar tranquilo, no causar molestias y dejarlo al día siguiente tal y como lo he encontrado antes de dormir.
Foto: Balcón de una casa particular en Dubrovnik, Croacia. By: zulaicamedium

miércoles, 18 de abril de 2007

Injusticia ... “Arbeit macht frei”


"El trabajo te hará libre". Es lo que reza la conocida puerta del campo de concentración nazi de Auschwitz. 70 años después, el lema sigue ahí. Los judíos eran torturados por el simple hecho de ser judíos, al igual que los gitanos, homosexuales, polacos y otros prisioneros de varias nacionalidades lo fueron por motivos de raza, origen étnico, religión... Se les prometía libertad a cambio de trabajo, pero nunca vieron recompensados sus esfuerzos. Injusticia es lo que debieron pensar antes de ser asesinados, e injusticia es lo que seguimos pensando hoy en nuestros días. By: zulaicamedium

martes, 17 de abril de 2007

Repaso a la cruel realidad. Es historia, pero es real (Auschwitz, Polonia)


Sí en mi primera foto se podía ver libertad, tranquilidad, descanso, e invitaba a soñar... de esta no se puede decir lo mismo. Es más; se opone a todo aquello que expresaba el atardecer de Korcula. Es opresión, injusticia, angustia, dolor... Esta fotografía tomada en Auschwitz no es la que todos conocemos de este campo de concentración nazi (la famosa puerte divisoria), y es por eso por lo que la expongo. Esta foto es personal, como todas las que aquí voy a mostrar. Precisamente de la injusticia de la que hablaba antes es de lo que mañana hablaré en la próxima foto. by:zulaicamedium