viernes, 29 de octubre de 2010

Visitando la costa vasca: Zumaia y Getaria

Última semana de Julio. Se acercan mis viajes por Europa del Este y por los países nórdicos y, aún sin haber planificado todo, apetece hacer algo antes. Tras muchas conversaciones con mis amigos pucelanos, decidimos hacer algo diferente a lo habitual pero sin alejarnos mucho de casa. Apetece un destino de playa donde poder hacer surf y tomar el sol, pero no muy alejado de otros lugares que poder visitar. Tras sopesar varias opciones, la que más parece atraer es la de visitar la costa vasca, y cómo no, yo encantado. Si bien son muchos los sitios que pretendemos visitar y pocos los días de los que disponemos, hemos de seleccionar bien y planificar mejor cuáles y cuando hemos de ir a cada lugar.
Además de pasarlo bien, buscamos algo barato. Así que tras ver todas las opciones de campings, nos decidimos por "plantar el campamento" en Zarautz, localidad abierta al mar ubicada en el centro de la provincia de Gipuzkoa, conocida principalmente por su playa de más de dos kilómetros de longitud así como por la práctica de surf que se lleva a cabo en ésta.

Día 24 de Julio del 2010:
A media tarde y recién llegados a Zarautz, vamos en busca de nuestro camping. Pese a que sólo hay dos, no nos resulta fácil dar con ellos, pues vamos directos al extremo contrario de la playa en el que se ubican ambos. Tras varios paseos en coche junto al paseo marítimo, damos con el nuestro, pero por motivos de capacidad (está a rebosar) no podemos coger parcela a menos que esperemos hasta mañana. De esta forma, la primera noche la pasamos en lo alto de la montaña Talaimendi, en un descampado del camping Gran Zarautz. Ya allí montamos las tiendas, guardamos todo en los coches, nos damos una ducha y nos disponemos a dar una vuelta por el pueblo, cenar algo y salir a tomar algo.

Acampada temporal
De cena por el centro de Zarautz
Bailes tradicionales junto al paseo marítimo

Día 25 de Julio del 2010:
Nos levantamos perezosos. Cada uno a su ritmo, así que entre una cosa y otra la mañana vuela. Un@s duermen, hay quien va al pueblo a hacer la compra y otr@s nos bajamos a la playa a coger olas con el "paipo" y con la tabla. Y así, cada uno a su manera, pasamos la mañana.
14h: Con el hambre dejándose notar, nos juntamos todos a comer. La comida vuela, pues también hay ganas de ir cuanto antes a Zumaia y Getaria, dos pueblitos costeros no muy alejados de Zarautz.

Ya asentados en nuestra nueva casa
15,30h: Estamos por Zumaia. Lo primero que visitamos es el centro histórico. De camino a él pasamos por el puerto así como por la cofradía de pescadores de Zumaia. Acto seguido comenzamos a adentrarnos entre callejuelas y llegamos así hasta la iglesia de San Pedro, con su alta torre del siglo XIII. Hecho esto, vamos en busca de la playa de Itzurun, lugar desde donde uno puede disfrutar de unas vistas espectaculares de la costa y los alrededores de Zumaia.

"¡Cómo me gusta esto!"
Pescando (cebo tradicional)Vista de la iglesia de San Pedro desde el puerto
La ría de Narrondo a su llegada a Zumaia
Yo, disfrutando como un niño
En Zumaia hay quien se queda allí para siempre...
...Y quien se queda con las ganasPlaya y acantilados de Itzurun
Capturando el instante
Junto a los caballos de Zumaia

18h: Al poco de abandonar Zumaia, retrocedemos hacia Getaria. Esta pequeña localidad goza hoy en día de una mayor actividad pesquera que la anterior, si bien no tiene los acantilados que ofrece Zumaia. Se la conoce por la calidad de sus restaurantes así como por la isla de San Antón, cuya peculiar forma en forma de ratón hace que muchas veces se refieran a ella como "el ratón de Getaria". Además éste fue el lugar donde nació Juan Sebastián Elcano.
Getaria apenas nos lleva un par de horas. Subimos al faro en lo alto de San Antón, paseamos junto al pequeño pueblito pesquero, atravesamos sus calles de la parte antigua...

Monumento a Sebastián Elcano (Getaria)
El frontón, muy característico en la zona
Peculiar construcción mirando al mar
Detalle en la iglesia gótica de San Salvador
Faro en lo alto de la isla de San Antón
Panorámica desde lo alto de la "isla"
Los acantilados son una constante en la zona
Sin piedad...
Abandonando la calle central de Getaria

Pasadas las 20h ya estamos de vuelta a Zarautz. Mañana espera Bermeo.

Cenando antes del anochecer

domingo, 10 de octubre de 2010

Entre los Pirineos catalanes, la frontera francesa y el Mediterráneo catalán

Pese a que el verano ya había dejado de estar al caer hacía varias semanas, en mí caso los exámenes no habían llegado a su fin hasta pocos días antes del martes 29 de Junio. Tal día y una vez más escapé al apartamento de Playa d`Aro (Gerona) donde suelo disfrutar cada año de una apacible semana en familia. Aunque sea por lo que sea, siempre faltan sujetos de los cinco que creo recordar que somos dentro de ella.
Y al igual que algún que otro año, conmigo se venía alguien que quería pasar unos días de relax fuera del día a día. De esta forma, mí amigo David y yo, junto a mis padres, emprendimos un viaje que duró poco más de semana y media para unos y cinco días para otro (David), aunque eso sí, dieron para mucho. Yo tenía que estudiar una asignatura que se me había estado trastabilleando durante el curso, así que los días que David ya no estaba por allí pude aprovecharlos para ello.
Recién llegados a Vitoria desde Valladolid, partimos hacia Monserrat, monasterio ubicado en la montaña homóloga que se localiza en la comarca del Bages, en la provincia de Barcelona. Sin duda una auténtica joya que tuvimos ocasión de visitar.

Con David frente al monasterio de Monserrat
Fachada de la iglesia y patio interior del monasterio
Mis padres junto a "La Moreneta" (La Morenita), la virgen negra de Monserrat
Velas
Uno de los medios a los que se recurre para evitar el serpenteo continuo de la carretera
El segundo día lo dedicamos a recorrer la zona de Puigcerdá, capital de la comarca catalana de la Baja Cerdeña, en la provincia de Gerona, junto a la frontera francesa. Sus desfiladeros con las increíbles vistas y el lago del municipio del mismo nombre, son su mayor atractivo turístico fuera de la temporada de invierno, donde son muchos los que se acercan a practicar deportes de nieve.

Frente al hotel "El Prado" de Puigcerdá
Centro de Puigcerdá
Uno de los dificios más viejos y mejor conservados de Puigcerdá
"Reflejos" (lago de Puigcerdá)

Claro que no podíamos olvidarnos localidades medievales como Villefranch de Conflet, Llivia o Collieure, ésta última ya en territorio francés.
El primero de éstos municipios se trata de un bonito pueblo en un enclave lleno de naturaleza, en medio de la montaña, rodeado por una muralla y lleno de estrechas calles con puestitos donde se mezclan souvenires y algún que otro producto casero.

Puente moderno en el Valle de Puigcerdá...
Y no tan moderno
Extramuro de Villefranch de Conflet...
E intramuro
En uno de los puestitos de souvenires

El segundo de éstos, Llivia, es un pequeño pueblito poco más de 1500 habitantes conocido principalmente por la farmacia de "Esteve de Llivia", de origen medieval y fundada a principios del siglo XV. Hoy en día es un museo y, por desgracia, en aquél momento se encontraba cerrada.

Farmacia-museo de Llivia

Por último, poco que decir que Colliure, porque sobran las palabras. Se trata de un municipio costero de poco menos de 3000 habitantes, hermanado con Soria y donde falleció Antonio Machado, que huyó allí en su exilio y en donde permanece actualmente enterrado.

Panorámica de la playa de Colliure...
Con el castillo en lo más alto de la montaña
Vistas de la parte amurallada así como del faro y la parte histórica
Las enormes murallas recuerdan a uno a las de Dubrovnik, en Croacia
Faro y calita
Todo sea por cubrirse las espaldas...
En Colliure aún pueden verse pequeñas embarcaciones pesqueras...
Y a otros que no las necesitan para faenar

Aquí se dejan caer muchos artistas... ¿Por qué será?

Las últimas líneas se las lleva Playa d`Aro, pues un verano más nos recibió de buen grado y pudimos disfrutar de unos cuantos días de playa.

Disfrutando del Mediterráneo
Una de las tantas calas que ofrece el paseo entre Playa d`Aro y Palamós
David, islote y yo