martes, 24 de mayo de 2011

Diario de un interrailista: 2º interrail del verano 2010: Viajando x Escandinavia y países bálticos (17 de Agosto - 4 de Septiembre). Día I: Alicante

Rumanía, Turquía, Bulgaria, Serbia, Montenegro, Bosnia, Croacia e Italia han quedado atrás.
Dinamarca, Noruega, Suecia, Letonia, Lituania, Estonia y Finlandia esperan.

Recién llegado a Valladolid de mi primer interrail del verano por Europa del Este, descanso cuanto puedo en casa de mi amiga Bea. Además allí lavo rápidamente todo cuanto necesito para el norte de Europa y sustituyo las prendas veraniegas que he estado utilizando hasta ahora por otras que abrigan más.
Tras pasar allí la noche tomando algo con mi grupo de amigos de Valladolid, la mañana siguiente recojo a mi amigo Iñigo de la estación (mi compañero en esta nueva aventura y con quien ya he realizado otros viajes por la Grecia Antigua y el centro de Europa), quien viene en tren desde Vitoria. A continuación me hago con toda la información recopilada meses atrás sobre nuestros próximos destinos, hago una visita a la gente de la residencia del Real Valladolid y quedamos con "Andresuko", otro amigo quien nos hace el favor de acercarnos al aeropuerto de Villanubla, desde donde hemos de volar a Alicante.
17h: El vuelo sale. Tenemos encima un cabreo evidente, pues hemos tenido que pagar 40 euros al no haber podido imprimir las tarjetas de embarque a tiempo.
18,30h: Llegamos a Alicante. El clima se deja notar. Esperamos a mi amigo Rubén (compañero de universidad que veranea en Alicante) que nos viene a buscar y, una vez habiéndonos recogido, nos lleva a la playa de San Juan. Mientras él juega a voley-playa, Iñigo y yo aprovechamos para darnos un chapuzón y darnos así el primer baño de nuestro nuevo viaje.

Voley-Playa en la playa de San Juan
Rubén marcando jugada...
...Y bloqueando
Con Rubén e Iñigo
Chapuzón en la playa de San Juan
Mar revuelto
Antes del atardecer vamos a la parcela de Rubén, nos damos un baño en la piscina y subimos a su casa a cenar. Después nos preparamos, y salimos por el centro histórico y la zona del puerto a tomar algo.

Ayuntamiento de Alicante
Siendo las 02h de la mañana, Rubén nos acerca al aeropuerto, le agradecemos el cable que nos ha echado, nos despedimos y buscamos un lugar donde poder echarnos hasta las 05h, momento en que nos toca embarcar en el avión pues a las 06,10h hemos de volar con dirección a Billund (Dinamarca).

Mar de nuebes

jueves, 19 de mayo de 2011

Diario de un interrailista: 2º interrail por Europa del Este (1-16 de Agosto). Días XV-XVI

07,30h: Llega Bjeliça, el chico que nos alquiló el coche. Tras un vistazo a éste para comprobar que todo está en orden, nos pregunta cómo nos ha ido por Montenegro. Le contamos lo que hemos visto, le aseguramos no haber salido del país y, sin tiempo que perder, nos despedimos y vamos hacia las taquillas de la estación de autobuses.
Únicamente hay dos autobuses al día que cubren el trayecto Buvda-Dubrovnik. El primero de ellos es a las 07,45h pero desgraciadamente no quedan billetes. El segundo es a las 15h, pero no nos interesa pues nuestro bus desde Dubrovnik hasta Split sale a esa misma hora. ¿Solución? -Mientras barajamos la posibilidad de acercarnos al área de servicio más próxima y hacer auto-stop, el joven de las taquillas nos llama. La suerte se alía una vez más con nosotros, y éste nos comenta la posibilidad de coger dos billetes para el bus que está a punto de salir pues dos usuarios se han echado atrás. Ver para creer.
13h: Llegamos a Dubrovnik. El viaje ha sido muy largo para los poco más de 100 kilómetros de trayecto, aunque además de las paradas que ha hecho en las diferentes localidades, hemos tenido que estar un buen rato parados en la frontera.
Contamos con dos horas para ver Dubrovnik de día. Aprovechamos al máximo. Rodeados en todo momento por el gentío, caminamos bajo las murallas, vamos hacia la catedral, vemos la torre del reloj, nos asomamos al puerto... Nos ventilamos la parte histórica "en un plis", algo que ya habíamos hecho de madrugada sin pero sin gente.

Muralla de Dubrovnik
Carlos en una de las callejuelas de Dubrovnik
El fútbol tiene cabida en cualquier rincón del planeta
Una de las puertas de acceso a la ciudad antigua de Dubrovnik
Puerto de Dubrovnik
Posando en el puerto
Fachada de la catedral
Arquillos
La calle principal de Dubrovnik, siempre abarrotada de turistas
Con más de media hora de retraso (15,45h) el bus que nos ha de llevar hasta Split parte. El ferry sale desde allí hacia Ancona (Italia) a las 22h, y nuestro bus debe llegar a Split en torno a las 19h (teniendo en cuenta el retraso).
Al final resulta que andamos justos de tiempo. El bus llega al puerto a las 20,30h debido a que ha atravesado una cordillera por una una carretera comarcal. Ésta estaba plagada de coches detenidos, debido a la festividad de varios pueblos de la ruta, y creaban así un atasco monumental.

Panorámica de Split
22h: El ferry zarpa. La tarde ha sido tensa. Tras estar metidos en un autobús sin saber si llegaríamos a tiempo, por fin podemos decir que estamos relajados.
Tras cenar unos bocadillos nos echamos a dormir dónde y cómo podemos.

______ Día 16/8/2010

08h: El ferry hace su aparición en Ancona. Hemos dormido mejor de lo esperado y ahora nos disponemos a ver la ciudad. Dejamos las mochilas en el depósito de la estación, nos hacemos con un mapa, nos informamos de los lugares recomendados y nos ponemos en marcha.

Frente al ferry que nos dejó en Ancona
Lo primero que visitamos es el centro histórico, con su catedral, anfiteatro...

En una de las plazas del centro histórico de Ancona
Ayuntamiento
Ascendemos a la colina desde donde disfrutamos de una panorámica de la ciudad así como de toda la bahía, continuamos por un enorme parque que se convierte en cuartel militar... E indagando damos con una zona de playa. Junto a ella unas escaleras que descienden hasta un lugar increíble de los que no aparecen en las guías: lo que antaño fue un puertito de pescadores convertido hoy en pequeños almacenes de madera pintados cada uno de forma diferente y utilizados hoy en día como lugar de veraneo por aquellos ciudadanos que en su día lo utilizaban como depósito para artilugios de pesca. Disfrutamos del lugar haciendo fotos, dándonos un baño y comiendo un plato de pasta con una de las muchas familias que sienten curiosidad por nosotros. Ésto último es lo que nos confirma que no son muchos los turistas o mochileros que se dejan ver por aquí.

Panorámica de la ciudad y puerto
Interior de una de las basílicas sobre la colina
Vista de una iglesia y de los restos de otra
Carlos x2
Zona playera
Junto a un punto de información al lado de la playa
Frente al antiguo puerto pesquero
Pequeña grua de carga
13,30h: Muy agradecidos, nos despedimos de esta buena gente y vamos hacia la estación de tren, atravesando las principales avenidas y plazas de la ciudad.

Bonito monumento al final de una avenida
Monumento a Cavour en la plaza del mismo nombre
Una de las calles centrales de la ciudad
Estación de tren de Ancona
17,30h: Tras casi tres horas de tren, llegamos a Bolonia, cogemos un taxi compartido hasta el aeropuerto junto a una pareja para abaratar así costes, y ponemos fin a nuestras aventuras por Europa de Este.

Atardecer desde el avión (Bolonia-Madrid)
A modo de conclusión, La Capadocia (Turquía), Belgrado (Serbia), Buvda y Kotor (Montenegro), las cascadas Kravica (Bosnia), el Parque Nacional de Krka y Trogir (Croacia) han sido los destinos de los que mejor recuerdo me llevo, mientras que Sofía (Bulgaria) ha sido, personalmente, la gran decepción de este viaje.

lunes, 16 de mayo de 2011

Diario de un interrailista: 2º interrail por Europa del Este (1-16 de Agosto). Día XIV: 14/08/2010

07,30h: Habiendo descansado alguna que otra orilla escondidos en el patio interior de un pequeño bloque de viviendas, salimos del coche para ver Mostar con luz. Hoy tenemos día "completo" ya que después de ver la ciudad y acercarnos a Blagaj toca salir de Bosnia y entrar en Croacia para ver el Parque Nacional de Krka, la localidad de Trogir, Dubrovnik y llegar de madrugada a Buvda (Montenegro), pues hemos de devolver el coche en el lugar de partida.
Vamos hacia el famoso puente de Mostar (como ya dije en el post anterior, reconstruido por la ONU tras la guerra) y continuamos por la ciudad vieja recorriendo la calle principal. Los primeros puestos de souvenires empiezan a abrir. Se ven cascos de soldados de la guerra, bolis hechos con balas extraídas de la pared, insignias... Todo o casi todo en alusión a la guerra.

Sobre el puente de Mostar
Vistas del río Neretva y la ciudad vieja desde el puente
Una sonrisa = unas monedas
"Souvenires"
"No olvidar"
Seguimos paseando por ambas márgenes del río Neretva. Visitamos varias mezquitas, cruzamos otro puente y damos con una pequeña exposición de fotos de la post-guerra. Se puede ver el puente destrozado, las casas en ruinas, la gente huyendo sin saber hacia dónde... Se nos ponen los pelos de punta.

Imagen de una de las calles más importantes de la ciudad vieja
Puente de Mostar y río Neretva
Carlos y yo frente al puente de Mostar
10,45h: Después de desayunar un café y de llevarnos algo a la boca, salimos hacia Blagaj (a pocos kilómetros de Mostar), un increíble y tranquilo lugar donde nace el río Buna, de aguas cristalinas. Éste fue elegido por los monjes Derviches en el siglo XVI para construir allí Tekke, el actual monasterio islámico situado sobre las mismas aguas del río Buna (allí practicaban el ascetismo, es decir, la purificación del espíritu por medio de la negación de los placeres materiales).
Allí conocemos al encargado de dar paseos en barca por la cueva donde nace el río, en el interior de la montaña. Nos habla de los grandes lagos que hay formados dentro de ésta (de hasta 78 metros de profundidad), las "playas" vírgenes que se han ido formando y que actualmente son un paraíso para muchos fotógrafos, y nos explica los peligros de adentrarse en ella sin una barca, pues muchos buceadores expertos y no tan expertos han perdido la vida por intentarlo debido a la brutalidad con que han salido expulsados hacia arriba a causa de la presión y de las corrientes que se forman bajo tierra.

Blagaj; nacimiento del río Buna
11,45h: Dejamos Blagaj camino del Parque Nacional de Krka, ya en Croacia, a donde llegamos tras casi tres horas. Una vez en Skradin (el lugar de partida) localizamos el barco "gratuito" que nos acerca hasta las cascadas en poco más de 30 minutos.

Embarcación que une la localidad de Skradin y el Parque Nacional de Krka
Calma
Habiéndonos bajado, casi nos llevamos lo que podía haber sido el golpe del día. 95 kunas la entrada (unos 13 euros). Y digo "podía" porque solventamos la situación colándonos. Aprovechando la cantidad de gente que hay, pasamos inadvertidos mezclados con un grupo de turistas y, afortunadamente, la cosa funciona.
Llegamos a las primeras cascadas. El paisaje es espectacular. Nos encontramos rodeados de naturaleza pura y cuando los turistas no rompen la calma que existe, sólo el ruido del agua al caer se deja sentir.
Aquí ralmente no importa si la mano humana ha tenido algo que ver en tal espectáculo, sino lo bien conservado que está todo.

Sólo bajo este espectacular conjunto de cascadas se permite el baño
Frente al conjunto de cascadas más importante de Krka
Cruzamos el río por una pasarela y seguimos un circuito ascendente junto a éste. El agua y las cascadas son sin duda las protagonistas de éste lugar, muy recomendado para todo amante de la naturaleza. Continuamos las indicaciones deteniéndonos una y otra vez para hacer fotografías y así recorremos gran parte de los senderos recomendados.

Panorámica del rió en el Parque Nacional de Krka
18h: Ante la imposibilidad de volver en barco (te exigen el billete del parque para regresar hasta Skradin, de ahí lo de "gratuito"), optamos por volver paseando. El camino en sí no sobrepasa los 40-50 minutos de duración, pero en nuestro caso duplicamos el tiempo debido a que aprovechamos para darnos un chapuzón a mitad de recorrido. Allí pasamos un buen rato e incluso nos lanzamos desde un puente agarrados a un hierro sujeto por una cuerda.

Barco que lleva y trae a los visitantes del Parque Nacional
Frente al río Krka, en el Parque Nacional al que da nombre
Balanceándome sobre el río Krka

Carlos en acción
19,45h: Dejamos Skradin camino de Trogir. Durante el trayecto la policía nos detiene, nos pide la documentación, se extrañan de la situación (dos españoles en Croacia, yendo a Trogir casi de noche, "sin tiempo que perder" y con un coche de Montenegro; algo no muy normal por allí, supongo) y tras una conversación sobre jugadores croatas de fútbol y de baloncesto en España, nos dejan marchar. Tal como lo cuento, pues por lo visto sólo buscaban conversación.

Panorámica de Trogir
Llegamos en torno a las 20,30h, justo al atardecer. Aparcamos lo antes que podemos y sin perder tiempo, vamos en busca de las mejores fotos antes de que la oscuridad cobre más protagonismo.
Habiendo hecho menos fotos de las que nos hubiera gustado pues el sol nos da pocos minutos de tregua, nos adentramos en la parte antigua, muy al estilo de Dubrovnik (estilo veneciano). Visitamos el centro, rodeamos las murallas y cuando el hambre hace su aparición, buscamos algo que llevarnos a la boca.

Paseo marítimo de Trogir, en el extramuro
Atardecer en Trogir
Momento en que el sol ya practicamente se ha escondido por el horizonte
Antes de dejar Trogir, nos damos un baño ante la incrédula mirada de un grupo de curiosos que, paseando, se detienen junto al coche al ver la matrícula. Pasado el susto, continuamos hacia Dubrovnik (22,30h), a donde llegamos en torno a las 01h de la madrugada. La idea es cenar algo, dar una vuelta por las solitarias calles (mañana vamos a verlo con más tiempo, pero repleto de turistas, pues tendremos unas horas antes de hacer el trayecto Dubrovik-Split) y salir hacia Buvda (Montenegro), pues no podemos llegar más tarde de las 07-08h.
Tras comer unas pizzas sentados en el brillantísimo suelo de la calle principal, damos una pequeña vuelta por los lugares de más interés, llegamos al puerto, entramos en un animado bar a tomar una cerveza y, siendo las 04,15h, partimos hacia Buvda, a donde llegamos en torno a las 06,30h de la mañana.

Una inusual estampa de la ciudad "solitaria" de Dubrovnik
Disfrutando de unos trozos de pizza en el corazón de Dubrovnik
Enorme muralla junto al puerto antiguo de Dubrovnik