martes, 25 de octubre de 2011

Diario de un interrailista: 2º interrail del verano 2010: Viajando x Escandinavia y países bálticos (17/8 - 4/9). Día X: El Ferrocarril de Flâm

06'30h: Suena la alarma. Nos ponemos en pie, nos preparamos, recogemos todo y salimos "echando patas" del albergue.
Una noche más... gratis.
Vamos camino de la estación de tren, donde a las 07'20h partimos hacia Myrdal, dejando así atrás Bergen.

Nuestro tren a Myrdal (Bergen)
Pequeña estación antes de llegar a Voss
El paisaje es una maravilla
Otra pequeña estación de camino a Myrdal
El deshielo provoca que haya ríos por todas partes
Tras realizar una parada en Voss, llegamos a nuestro destino. Hoy toca realizar el conocido Ferrocarril de Flâm, un antiguo tren muy, pero que muy singular. De las 140 líneas de ferrocarril que hay en Europa catalogadas por su nivel como "de aventura", a 19 se les ha otorgado la categoría máxima de 3 estrellas, y precisamente 2 de éstas se encuentran en Noruega. Por un lado el "Ferrocarril de Bergen" (Bergen-Oslo) -del cual ya hemos tenido la oportunidad de disfrutar de un pedazo, y que continuaremos una vez vayamos de vuelta a Oslo- y por otro el "Ferrocarril de Flâm", el protagonista en la jornada de hoy. Según un prestigioso libro sobre "ferrocarriles del mundo", el ferrocarril de Flâm es una de las líneas de montaña más impresionantes del mundo. Atraviesa las montañas del fiordo de Sognefjord y tiene un grado de pendiente del 55%, lo que lo hace tener la inclinación más empinada de todo el norte de Europa. Cuenta con 20 túneles a lo largo de sus 20 kilómetros de recorrido por empinadas laderas y profundos barrancos, y son más de 500.000 visitantes quienes cada año se suben a bordo de esta magnífica atracción turística. Su duración es de una hora aproximadamente, y he de decir que uno nunca se cansa de ver los paisajes que el recorrido ofrece.

Itinerario de la jornada de hoy
En torno a las 10h llega a la estación de Myrdal el tren que hemos de coger. Viene de Flâm, y ahora nos toca realizar el trayecto inverso.
Nos subimos a bordo. Es realmente antiguo, pero está perfectamente restaurado. Tiene muchos vagones y su interior está muy bien decorado, prácticamente todo de madera.

Estación de ferrocarril de Myrdal
El tren que cubre el trayecto Bergen-Voss-Myrdal
Ferrocarril de Flâm
Casitas de madera muy típicas en la zona
El tren parte, pero al poco se detiene. Por megafonía se invita a viajar y, una vez en tierra firme uno entiende por qué. En el lado opuesto a donde todos los pasajeros estábamos asomados (el lado donde el paisaje deja a uno boquiabierto) esta vez no hay muro, sino una inmensa cascada. La sorpresa de todos es evidente, pero ésta es mayor cuando una chica con un vestido aparece tras unas rocas junto al lugar donde rompe la cascada, en lo que viene a ser algo preparado para conseguir precisamente eso, sorprender al pasajero.

Cascada de Kfosjossen, con sus 93m. de caída libre
Después de una pequeña parada de 5', el tren reanuda su marcha. Entre paisaje y paisaje transcurre el viaje. Como no podía ser de otra manera, el "Bernina Express" de Los Alpes suizos me viene a la mente una y otra vez, aunque esta vez el punto y final es Flâm, una pequeña localidad donde amarran enormes ferries precisamente para subirse a bordo del "Ferrocarril de Flâm".

Espectaculares paisajes
El tren a su paso junto a uno de los muchos ríos
Antiguo tren de Flâm
Vistas desde el tren
Uno de los tantos pueblos junto a los que se pasa durante el trayecto
Rodeados de montañas y enormes cascadas, nos percatamos que nuestro ferry a Gudvangen no es a las 11h como habíamos visto en internet, sino a las 13'30h.
Toca hacer tiempo, y Flâm no es precisamente grande. Por suerte descubrimos un pequeño museo gratuito acerca de la historia del ferrocarril. En él pueden verse unos pocos vagones de otras épocas así como muestras a escala de máquinas o fotos que retratan diversos momentos a lo largo de la historia de éste.

Las cascadas son una constante por esta zona
Frente a unos vagones del tren de Flâm
Imágenes de máquinas utilizadas a lo largo de la historia
Ferry y pequeños almacenes utilizados como tiendas de souvenires
13'30h: Ya a bordo del ferry, vivimos una experiencia cuanto menos curiosa. A lo largo de las 3 horas de recorrido entre montañas por el fiordo de Sognefjord (una vez más el paisaje deja a uno sin habla), la metereología cambia cada dos por tres. Primero sale el sol dejando así atrás los nubarrones y el cielo encapotado; luego se mete y vuelven a aparecer las nubes. Acto seguido empieza a llover para, poco después, detenerse la lluvia. Y pasados unos minutos, se reanuda ésta. ¡Diluvia! Ya para rematar, poco antes de llegar a Gudvangen, de nuevo el sol hace su aparición.

Vista de Aurland, un pequeños pueblo en el fiordo de Sognefjord
Embarcadero de Aurland
Otro de los pueblos de Sognefjord
Sognefjord
Gudvangen, rodeado de cascadas
17'10h: Tras un pequeño compás de espera, llega un bus y, habiendo analizado previamente la situación, nos montamos los primeros pues somos más del doble de la capacidad total de éste.
El bus ha de llevarnos de nuevo a Voss, pues desde allí cogemos un tren de vuelta a Oslo. Y lo hace, pero realizando un itinerario diferente a la habitual. Por megafonía lo anuncia, pero ni Iñigo ni yo entendemos nada. La gente ríe, y deducimos que alguna gracia ha hecho el conductor.
Resulta que éste varía la ruta y nos lleva por una carreterucha en zig-zag donde raro es que alguno no terminara echando todo. Eso si, una vez más, el paisaje es impresionante.


Estación de tren de Voss
Nuestro tren a Oslo
22,30h: Estamos en Oslo, tras otro espectacular trayecto en tren desde Voss (parte de él lo hemos hecho a oscuras) de más de 3 horas de duración. Y es llegar y marchar, porque apenas 30' después partimos en bus hacia Estocolmo (previa parada en Karlstad [una ciudad que ha sido un importante centro comercial desde la Era Vikinga] a las 02,30h!!), pues Oslo toca visitarlo bien en unos días.