viernes, 23 de diciembre de 2011

Diario de un interrailista: 2º interrail del verano 2010: Viajando x Escandinavia y países bálticos (17/8-4/9). Día XVI: Vilnius, Trakai, Kaunas (LIT)

08'30h: Suena la alarma del móvil. Una vez más nos despertamos en el interior del coche. Poco tiempo después ya estamos de nuevo en la carretera, aún por tierras letonas, camino de Vilnius (Vilna en castellano), la capital de Lituania. Cruzamos la frontera, una vez más si tener que pasar trámite alguno y, al poco, "¡zas!". Segunda multa del viaje. Y también por velocidad. 90km/h en zona, según ellos, de 50. ¡Y no es zona urbana!
Tras pagarles en mano 400 Lit (unos 115 euros) y decirles un "que lo disfrutéis" (es evidente dónde va a parar ese dinero, pues no nos dan recibo alguno), reanudamos la marcha hacia Vilnius. Llegamos en torno a las 11'30h. Después de aparcar en el centro de la ciudad en un "parking" gratuito (es un trozo de terreno, embarrado, repleto de socavones) vamos hacia la oficina de turismo. Una vez nos hacemos con la información necesaria, iniciamos la visita. El primer lugar de interés es la universidad, la cual recorremos de arriba abajo por apenas unos 25 cénts/euro. Fue uno de los mayores centro científicos y culturales de la region báltica a partir de su inauguración (s.XVI).

Capilla de la universidad de Vilnius
Frescos en una de las aulas de la universidad
Patio interior de la universidad
Desde la universidad nos acercamos a ver el palacio presidencial (Palacio Real), una construcción que junto a otras de la parte medieval de la ciudad hacen que el casco histórico haya sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

En el interior del Palacio Real
Fachada principal del Palacio Real de Vilnius
El siguiente punto de interés en nuestro recorrido es la catedral (s.XVI), una construcción con elementos arquitectónicos ralacionados con el Renacimiento y que fue levantada en el mismo lugar donde un siglo antes había ardido otra de estilo gótico. Ubicada en el centro medieval de la ciudad, está rodeada por una gran planicie donde los niños aprovechan para jugar. Frente a ella se alza la torre del campanario, que ofrece buenas vistas de Vilnius.

Catedral y campanario de Vilnius
Estatua en honor a Gediminas junto a la catedral
Continuamos la visita hacia el castillo de la ciudad, en lo alto de una colina. A día de hoy poco de él se mantiene aún en pié, pero su situación estratégica permite que disfrutemos de una excelente panorámica de la ciudad, tanto de la zona antigua como de la parte moderna, separadas ambas por el río Neris. La torre de Gediminas (llamada así por el fundador y gobernador de Vilnius en aquella época) es quizás lo más relevante.

Restos del castillo de Vilnius
Torre Gediminas en lo alto de la colina
Parte moderna de la ciudad vista desde el castillo
A diferencia de la subida, a pie, ahora descendemos en un pequeño pero moderno teleférico. Éste nos deja detrás de la colina, por lo que nos toca rodearla para adentrarnos así en el centro histórico. Nos toca callejear. Por el camino y tras cruzar un puente damos con la iglesia de Santa Ana, un templo católico de estilo gótico tardío que es una de los monumentos más representativos de la ciudad.

Funicular al castillo
Candados. Típica tradición extendida ya por medio mundo
Iglesia de Santa Ana, otro de los lugares Patrimonio de la Humanidad
Atravesamos el barrio de los artistas (Uzupis), con calles cuyas paredes han sido recientemente decoradas con fotos, dibujos, imágenes e incluso fragmentos de páginas de libros, con la idea dar vida a la zona. Desde allí llegamos hasta el ayuntamiento, en el corazón de la ciudad. Visitamos sus alrededores, pasamos bajo dos puertas de acceso a la parte antigua de la ciudad (la puerta del Amanecer y puerta Basilia) y siendo ya media tarde decidimos proseguir nuestro viaje antes de que anochezca, pues toca ver el castillo de Trakai.

Calle Pilies, una de las principales del centro histórico
Barrio de Uzupis
Artistas en el corazón de Vilnius
Iglesia ortodoxa de San Constantino y San Miguel
Plaza del ayuntamiento
Retransmitiendo los partidos del europeo de baloncesto en el ayuntamiento
Puerta del amanecer de Vilnius
18h: Tras media hora de carretera, llegamos a Trakai. Esta localidad de apenas 5.000 habitantes está construida sobre el agua, rodeada por los lagos Bernandinu, Totorisku, Galvés, Akmenos y Gilusio. No sería uno de nuestros puntos a visitar de no ser por su castillo, una joya medieval de ensueño culminado en el año 1990 después de haber pertenecido a tres generaciones distintas y de haber sobrevivido a varias guerras.

Niño tocando la flauta en la pasarela de madera de acceso al castillo
El castillo está construido en una isla, prácticamente en su totalidad a base de ladrillo rojo. El artífice de tal costrucción fue el héroe nacional de Lituania, Gediminas, allá por el año 1320 y su uso ha sido muy variado a lo largo de los años, desde residencia de la monarquía durante el s.XIV hasta cárcel destinada a presos políticos ya en el s.XV. Hoy en día alberga el museo de la historia del castillo, que puede contemplarse por sólo 2 euros. Además en el patio principal pueden verse artilugios con los que se ahorcaba a los presos.

Panorámica del castillo rodeada por uno de los lagos
Detalles del interior del castillo
Patio y fortaleza en el interior del castillo
Patio central del castillo, con algún que otro artilugio de tortura
Encarcelado
Y a punto de ser degollado
Torre medieval del castillo de Trakai
Interior de la torre
Maqueta del castillo, con la fortaleza y la torre medieval en su interior
Extramuro del castillo
Con ganas de embarcar
Practicando vela y remo
Habiendo visitado el castillo, damos con las ruinas de otro, no muy alejado del primero. Está en obras pero conseguimos colarnos y ver su interior. Más o menos podemos hacernos una idea de cómo fue, con sus murallas y atalayas.

Interior del recinto amurallado del otro castillo de Trakai
20h: Dejamos atrás Trakai en dirección norte hacia Kaunas, iniciando así el camino de vuelta hacia Letonia. Desde el coche disfrutamos del atardecer y al cabo de una hora llegamos habiendo ya anochecido.

Atardecer
Aparcamos junto al río Nemunas en una zona bastante céntrica, cogemos los bocatas que ya teníamos preparados y nos dejamos guiar por el barullo que se escucha. Al poco nos presentamos en la plaza central de la ciudad (Rotuses), frente al ayuntamiento. Y al momento comprendemos de dónde viene el jaleo. BA-LON-CES-TO. Estamos en Kaunas, una de las cunas del baloncesto europeo, y juega la selección lituana uno de sus partidos del europeo. Allí, en el centro de la Rotuses, una gran pantalla atrae la atención de la muchedumbre que se ha reunido en torno al ayuntamiento. Y nosotros, no íbamos a ser menos. Nos sentamos junto a ellos, en primera fila, a vivirlo con ellos y degustar el bocata pero... ¿Contra quién juegan? -Alucinante. Juegan contra España!! Algo esconcertados por la situación, nos miramos de arriba abajo para asegurarnos de que no damos el cante y, una vez comprobamos que pasamos inadvertidos, nos concentramos en el partido.

Ayuntamiento de Kaunas
23h: Algo cariacontecidos por el resultado final (derrota de 3 puntos tras haber ido ganando por 18) y tras dejar que se alejen de nosotros los más fanáticos del lugar, optamos por iniciar una pequeña y rápida visita nocturna por Kaunas, pues hemos llegado al final del día sin tiempo que poder dedicarle a la ciudad (mañana a primera hora hemos de devolver el coche en Riga, Letonia). Recorremos la llamada "Rambla de la libertad" (Laisves Aleja) o calle principal, un lugar con un ambiente muy joven, muy dinámico y con muchos bares. Acto seguido vemos la catedral, callejeamos cuantas calles se nos cruzan por el camino y pasadas las 00'30h decidimos reanudar el camino hacia Riga, pues queda un buen pedazo (unos 300kms por carreteras bálticas, es decir, unas 4 horas).

Panorámica de Kaunas al anochecer, con el río Nemunas en primer plano
02h: Cuando el sueño hace su aparición, nos echamos a un lado de la carretera junto a un área de servicio, preparamos los sacos y nos echamos a dormir en el interior del vehículo.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Diario de un interrailista: 2º interrail del verano 2010: Viajando x Escandinavia y países bálticos (17/8-4/9). Día XV: Parnu (EST) y Aluksne (LET)

08'30h: Tras despertarnos, salimos en coche hacia Parnu. En apenas una hora realizamos los 80 kilómetros que habíamos dejado pendientes anoche para cubrir la totalidad del trayecto. Tras aparcar, vamos directos a la oficina de información y una vez documentados nos adentramos en esta pequeña localidad.
Parnu está situada a orillas de la bahía del mismo nombre, en el mar Báltico, al suroeste de Estonia. Es un popular destino turístico aunque por suerte no podemos dar fe de ello, pues no hay mucha gente. Hace frío y los días de playa parecen haber quedado ya atrás. Después de callejear un poco y descubrir algún que otro rincón con encanto, vamos a los lugares que nos han recomendado.

Iglesia de Santa Elisabeth y fachadas típicas de Parnu
Interior de la iglesia de Santa Elisabeth, con un segundo piso y muy bajita
Bonitas fachadas

"Torre Roja". El edificio más antiguo de Parnu, es una torre medieval defensiva del s.XV
Atravesamos su calle principal, visitamos varias de sus iglesias, la puerta de entrada a la ciudad, la zona monumental con esculturas de personajes ilustres de la ciudad... Y llegamos a la playa. Tras un pequeño paseo desayunamos alguna que otra galleta que tenemos suelta y, necesitados de una ducha, convencemos a los encargados de los vestuarios para que nos dejen darnos un chapuzón con agua caliente al módico precio de un euro por cabeza.

En Rüütli, la calle principal de la parte vieja de Parnu
Iñigo en la puerta de acceso a la ciudad de Parnu
Uno de los tantos personajes ilustres inmortalizados por la ciudad
Parnu también es conocido por sus balnearios
Aprovechando los primeros rayos de sol en la playa de Parnu
12'30h: Una vez duchados, abandonamos Parnu en direccion a Aluksne, ya en Letonia, lugar al que deberíamos de haber llegado en tren antiguo desde Gulbene hace unos días pero debido a una multita que nos pusieron no nos fue imposible.
16'40h: Ahora si, llegamos a Aluksne, esta vez sin prisas. Incluso hemos parado en Valga, una pequeña localidad fronteriza (aún en el lado estonio) a comprar algo de comida e informarnos bien por dónde llegar, pues pese a no tener que pasar ningún tramite burocrático en la frontera, el cambio de las carreteras de un país a otro es brutal, tanto por el asfaltado (a veces inexistente en Letonia) como por la señalización.
Al poco de llegar a Aluksne vamos a la oficina de turismo, un bonito edificio conocido como el castillo nuevo de Aluksne. La encargada del local, atónita por tener allí a dos españoles, no duda en preguntarnos tantas cosas como puede acerca de nuestra presencia en su localidad. Una vez le mostramos nuestro interés por el único tren de vía estrecha aún en uso en el país (por lo cual queda aun más perpleja), nos documentamos de los horarios del tren así como de qué visitar en Aluksne, una villa a orillas del lago del mismo nombre, muy cerca de la frontera con Rusia.

Castillo nuevo de Aluksne
Tras visitar las ruinas del castillo Marienburg en la isla de Pils (en el centro del lago) y llevarnos algo a la boca en la estación de tren de Aluksne, optamos por acecarnos a Kalniena, una de las estaciones a mitad de recorrido por donde debe parar el tren (sale a las 18'30h desde Gulbene) en sus 33 kilómetros de trayecto hasta Aluksne y donde nos gustaría poder cogerlo (en torno a las 19'15h).

Ruinas del castillo Marienburg en la isla de Pils (Aluksne)
Antiguo embarcadero del lago
Aprovechando para comer algo junto a la estación de tren de Aluksne
Final de la vía (estación de Aluksne)
Antiguo vagón y almacén de carga y descarga (estación de Aluksne)
Posando como pasajero a la espera del tren
19'25h: Aún vivos (era lo difícil después de derraparnos varias veces el coche por un camino de gravilla donde en ocasiones las ruedas incluso se nos bloqueaban), llegamos. Por el camino hemos visitado un museo al aire libre, un pequeño poblado no habitado reconstruido como era antes, una típica aldea con su pozo y sus casas de madera.

Aldea antigua (museo al aire libre, cerca de Aluksne)
Bonita casa rural
Peligro. Tren a 30k/h!!
Acabamos de aparcar el coche. Estamos en Kalniena, una estación en medio de la nada. Obviamente no hay nadie, pero a lo lejos oímos un ruido. Nos asomamos a la vía y... ¡Viene el tren! -Emocionados, no dudo en grabar y fotografiar cada instante. Va a 30km/h, lo que hace que la última recta que realiza el tren se me haga eterna, algo que agradezco para sacar más y más fotos.
El tren, formado únicamente por una máquina (no es la típica negra de carbón originaria de 1903 de la cual me había enamorado por internet) y un vagón, se detiene. Aparece el señor que nos había enseñado la cochera con máquinas antiguas días atrás, en Gulbene. Nos sonríe, nos saluda y nos invita a subir. Una vez dentro del vagón (este sí que es antiquísimo), disfrutamos del trayecto hasta Aluksne atravesando bosques y más bosque donde apenas parece haber señal de vida. Hay maleza, ramas caídas y mucha agua por todas partes. El entorno es realmente salvaje.

Estación de tren de Kalniena
Las vías ni tan siquiera son rectas. Ojo a los raíles
El tren hace su aparición en estación de Kalniena
He aquí el vídeo
En el interior del vagón con el maquinista. La locomotora va sóla!!!
20'30h: Estamos en Aluksne. La máquina de tren debe colocarse al otro lado del vagón. Disponemos de 30', tiempo suficiente para repetir las fotos que había tomado a media tarde, pero esta vez con el tren como protragonista.

La locomotora realizando maniobras en la estación de Aluksne
Haciendo de maquinista
Tren antiguo (Aluksne)
Con Iñigo frente a la locomotora (Aluksne)
21h: Está atardeciendo. Con puntualidad alemana (hay quien dice que ese dicho pega más con los ingleses), el tren inicia su camino de vuelta a Gulbene y, tras poco más de media hora, nos deja de nuevo en Kalniena. Nos despedimos del amable señor así como de las otras dos personas autóctonas que viajan en su interior (únicamente hemos coincidido con 5 personas en ambos viajes), no sin antes pagarle los 3'5 lat (5 euros en total) que nos cuesta el trayecto de ida y vuelta.

Una de las "paradas" del trayecto, en medio de la nada!!
21'30h: Estamos en Gulbene. Hemos llegado antes que el tren. Después de ver por segunda vez la llegada de éste a estas horas de la noche (ya lo hicimos hace unos días), compramos algo de cenar y vamos camino de Vilna, capital Lituana. Por el camino decidimos pararnos a cenar en el arcén y, tras completar el trayecto hasta la frontera, optamos por dormir en Zarasai, una pequeña localidad fronteriza de apenas 8.000 habitantes, ya en el lado Lituano.
02'15h: Poco después de detener el coche y buscar un lugar poco iluminado, nos echamos a dormir en la parte trasera del coche.