Aún siendo una de las ciudades más pobladas del país, Hamburgo no tiene tanto atractivo como sus vecinas Bremen o Lubeck, por lo que después de ver el antiguo puerto y la lonja de pescado, marchamos a la ciudad de "Los trotamúsicos".
Ayuntamiento
Allí, a las 12,20h me veo con Gustavo, amigo Mexicano al que conocí hace dos "interraíles" en Berna (Suiza), y con quien había quedado después de enterarme de que pasaría unos días en Bremen. Luego partiría hacia Islandia; casi nada.
Guiados por Gustavo, comenzamos la visita. Él nos va explicando todo sin dejarse detalle alguno. El motivo por el cual está tan enterado se debe a que su hermana estuvo becada en Bremen varios años atrás, y la noche anterior los señores que la alojaron le guiaron por la ciudad.
Lo primero con lo que nos topamos es con un bonito y enorme molino (uno ya piensa en lo que se encontrará en Holanda dentro de unos días, pero entretanto queda mucho por ver). Nos dirigimos a la plaza del mercado, Patrimonio de la Humanidad. Por el camino dejamos atrás alguna que otra estatua de los conocidos animales de dibujos animados. Ya allí, observamos las espectaculares fachadas de los edificios que rodean la plaza, como es el caso del ayuntamiento renacentista. Además vemos la estatua de Rolando en el centro de ésta (símbolo de libertad y justicia) y nos dejamos sorprender por la catedral gótica de San Pedro, cuya fachada está en obras.
Continuamos la visita por la parte más antigua de Bremen, "Schnoor-Viertel", un laberinto de casas de colores que parecen recién sacadas de un cuento. Por último nos acercamos a la que probablemente sea la calle más particular y peculiar de todas cuantas me he encotrado hasta día de hoy en mis viajes por Europa. Estrecha, con puestecillos a los lados y con un cuadro en lo alto de una fachada que cada día a las 15h rota mostrando escenas de la historia de la ciudad, todo ello acompañado de una agradable musiquilla.
Con Gustavo frente a la estación de Bremen
16h: Tras agradecer a Gustavo tanto su compañía como el tour que nos acababa de brindar, dejamos Bremen camino de Hamelín (Hameln), una recomendación expresa suya. Se trata de una pequeña localidad de poco más de 60.000 habitantes, conocida por la fábula "El flautista de Hamelín", y que, salvo esta peculiaridad, poco más tiene que ofrecer al visitante.
Bonitas fachadas en Hamelín
20,15h: Abandonamos Hamelín. Hemos de hacer 3 transbordos en un período inferior a 3 horas antes de coger nuestro definitivo tren a Frankfurt, en el cual tenemos previsto pasar la noche.