miércoles, 30 de noviembre de 2011

Diario de un interrailista: 2º interrail del verano 2010: Viajando x Escandinavia y países bálticos (17/8-4/9). Día XII: Turaida, Cêsis y Gulbene

07'30h: Toca madrugar. Ludmila y su amigo también se despiertan. Tras levantarnos y darnos una buena ducha, desayunamos con ellos.
Acto seguido hacemos caso a las indicaciones de ambos para llegar al centro de la ciudad. Cogemos un bus y para las 09h ya estamos allí.
Comienza la búsqueda de la empresa con la que hemos alquilado el coche. Gracias a tener el mapa y la dirección conseguimos llegar hasta el lugar indicado según los datos de internet. Una vez allí, preguntamos, y nos conducen hasta la estación de bus. Bingo.
Son las 11'30h y por fin tenemos nuestro coche. O al menos uno parecido pues nos han dado un Renault Megane familiar muy largo en vez de un Volkswagen. ¡Ideal para dormir!
13h: Después de emplear más de una hora para salir de Riga (el tráfico en las afueras es un poco caótico entre semáforos y pasos a nivel) y otra más de trayecto hasta nuestro destino, llegamos al valle del río Gauja, uno de los parques nacionales más bonitos de Letonia. En él visitamos la cueva de Gutmanis así como varios castillos, como es el caso del de Krimulda, el de Sigulda y el de Turaida.
La primera parada es la cueva de Gutmanis, un pequeño agujero en la roca donde, según una leyenda, una joven llamada Maija (que había sobrevivido a una batalla en el castillo en el que vivía) y Viktor (el jardinero del castillo, que era mayor que ella y que la había rescatado) se reunían para verse pues ambos se habían enamorado.

Cueva de Gutmanis
Vista la cueva, continuamos hasta Sigulda, lugar donde visitamos sus dos castillos. Por un lado, el castillo "Nuevo", con su cuidada zona ajardinada. Y por otro, y muy cerca del primero, el castillo de Krimulda, del siglo XIV y del que apenas quedan unas cuantas ruinas.

Castillo "Nuevo" (Sigulda)
Castillo de Krimulda (Sigulda)
Vistas del castillo de Turaida desde un alto en el castillo de Krimulda
Tras haber visto ambos castillos, vamos en dirección a la zona de Turaida. Allí nos espera otro castillo, el más atractivo de los tres.
Una vez allí y tras pagar en Let (moneda letona) poco menos de dos euros, damos un paseo por el museo al aire libre. Vemos antiguas casas de lo que antaño fue una aldea, visitamos una bonita iglesia de madera y, por último, damos con el castillo, una bonita obra medieval que es, sin lugar a dudas, la mayor atracción de la zona.

Aldea en Turaida
Iglesia de madera, del siglo XVIII (Turaida)
Interior de la iglesia de madera
Patio interior del castillo de Turaida
Torre y zona de exposiciones del castillo de Turaida
Accedemos a éste y vemos varias exposiciones dedicadas a las costumbres de los antiguos habitantes, sus vestimentas, las monedas que utilizaban... Tras presenciar unos cuantos tiros con arco a una diana, visitamos también la torre del castillo, cuyas vistas del valle son espectaculares.

Vistas desde la torre, con el castillo de Turaída y el río Gauja detrás
Una vez habiendo visitado la zona y sin salir del valle del río Gauja, continuamos hacia la localidad de Cêsis. Se trata de un pequeño pueblo cuyo principal interés es su castillo, que es realmente espectacular. Su construcción data del siglo XIII y curiosamente fue obra de una tribu. A día de hoy la mayor parte de éste sigue en pié, resultado de varias destrucciones y construcciones posteriores.

Castillo de Cêsis
Iglesia luterana de San John (Cêsis)
Típicas casas de los pueblos letones, muy bajitas (Cêsis)
17'15h: Después de visitar el castillo de Cêsis, reanudamos el viaje en dirección Gulbene, una localidad donde dos días por semana (viernes y lunes) un antiquísimo tren cubre una ruta de 33 kilómetros de distancia, los que separan a Gulbene de la localidad de Aluksne. El trayecto era de 303 kilómetros, y la construcción de las vías es del año 1903. Casi nada.
De camino a Gulbene nos surge un imprevisto. Multa al canto, por velocidad. Las prisas por llegar antes de las 18'30h (hora de salida del tren) nos juegan una mala pasada (la falta de señalización no ayuda a que vayamos más despacio) y, después de vivir una situación que por momentos parece irreal, nos dejan marchar, previo aviso de que nos tocará pagar 120 euros. -Ya veremos...
Son las 21h y ya está todo oscuro (es lo que tiene que te multen fuera de tu país, que ellos tienen todo el tiempo del mundo y tú no). Vamos camino de la estación de Gulbene, pues estamos a tiempo de que el tren llegue a ésta para poner punto y final al trayecto de vuelta desde Aluksne.
Y así es. Apenas 15' después de llegar allí hace su aparición una diminuta máquina con sus dos vagones (no es la misma máquina que había visto a través de internet, pero también tiene su encanto).

Antiguo tren en la estación ferroviaria de Gulbene
Habiendo visto el espectáculo, comprobamos que el lunes (día de vuelta hacia Riga) el tren parte de nuevo. Y efectivamente así es, por lo que aún tenemos la esperanza de cogerlo en unos días.
Antes de marchar damos un pequeño paseo por los andenes de la estación y... ¡sorpresa! Localizamos una bonita y antigua máquina de tren a vapor, enorme. "¡¡Wuaw!!". Está en desuso, pero es realmente espectacular.

Locomotora antigua a vapor (estación de tren de Gulbene)
Cuando ya estamos decididos a volver al coche me fijo en una cochera y, tras acercarme a ella, veo que la puerta está abierta. Está todo oscuro, pero me invade la curiosidad, por lo que me asomo. Escucho voces provenientes de una televisión. Me adentro por un pasillo largo y estrecho y, en el mismo momento que echo un ojo a la sala desde donde provienen los ruidos, un señor bajito y de aspecto cansino me saluda. Comienza el "diálogo". Él en letón, yo en inglés. Nada. Él en letón, yo en español. Tampoco funciona. Pruebo con el italiano. Menos aún. Finalmente opto por señas y, poco a poco, parece que nos vamos entendiendo. Me enseña la sala de máquinas, varias fotos antiguas con el tren en diferentes épocas y, lo más esperado, la cochera.
Alucinante.

Máquina del antiguo tren Gulbene-Aluksne, posterior a la de 1903
Infinitamente agradecido, me despedido del señor, me reencuentro con Iñigo y salimos de la estación. Vamos en busca de algo de comida y gracias a Dios que pronto damos con una pequeña área de servicio.
22'30h: Es tarde pero optamos por hacer un pedazo del trayecto hasta nuestro próximo destino, Tartu, en dirección norte. Por el camino nos detenemos a comer algo y, poco después, ya estamos en el arcén de la carretera intentando pegar ojo.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Diario de un interrailista: 2º interrail del verano 2010: Viajando x Escandinavia y países bálticos (17/8 - 4/9). Día XI: Estocolmo y Riga

09h: Llegamos a Estocolmo. Tras 3 horas de bus desde Karlstad (donde hemos permanecido otras 3 horas haciendo tiempo, echados sobre los sofás de la terraza de un bar) ya estamos en la estación central de la capital sueca.
Estocolmo nos recibe nublado. Sus 1,2 millones de habitantes aún no se hacen sentir, pero seguro que a medida que avanza el día la ciudad va cogiendo vida.
No disponemos de mucho tiempo para visitarla, pues a las 15'50h hemos de coger un avión a Riga (Letonia), pero aprovechamos todo cuanto podemos.
Nos encontramos en el centro de la parte moderna de la ciudad, por lo que vamos en busca de la oficina de información. Pronto damos con ella, y tras recibir una recomendaciones sobre qué ver, trazamos un recorrido en el mapa. La primera parada es el mercado viejo, un espacio donde uno puede comprar absolutamente de todo.

Tras Estocolmo (2010) y Hamburgo (2011), en 2012 es el turno de VITORIA
En el corazón de la parte moderna de Estocolmo
Mercado viejo
Escaleras
Mercado de frutas y verduras, frente a unos cines
Acto seguido vamos en busca de la biblioteca nacional, rodeada de jardínes y ubicada en el interior de un recinto muy cuidado. Por el camino nos topamos con varias iglesias y parques, los cuales no dudamos en detenernos a ver, así como uno de los varios teatros con los que cuenta la ciudad.

Teatro de arte dramático Kungliga Dramatiska
Biblioteca nacional de Estocolmo
Contiuamos pateando la parte moderna de Estocolmo y poco a poco vamos acercándonos al centro histórico (Gamla Stan). De camino damos con el ayuntamiento, uno de los principales atractivos de Estocolmo. Construido en su totalidad de ladrillo rojo (se utilizaron para ello 8 millones de piezas de ladrillo), está situado sobre la isla de Kungsholmen. Su edificación data de entre 1911 y 1923.

Ayuntamiento de Estocolmo
Interior del ayuntamiento I
Interior del ayuntamiento II
Una vez visto, pasamos a la parte más antigua de la ciudad, formada por tres de las catorce islas que componen Estocolmo.
Para ello hemos de cruzar por uno de sus 57 puentes (por algo la ciudad es conocida como "la Venecia del norte"). Así, llegamos a la mayor de éstas tres islas, denominada Stadsholmen. Ésta tiene una superficie de 33 hectáreas y representa la mayor parte del centro histórico. El Palacio Real es su edificación más característica, pues es la residencia oficial y el mayor de los palacios de la monarquía sueca. Pero sin duda lo más atractivo es el perderse por sus estrechas callejuelas, con casitas de colores y pequeñas tiendas de souvenires. Los patios interiores también tienen su encanto, y ni que decir el cambio de guardia, que al igual que me ocurriera en Praga, Budapest, Mónaco o Copenhage, lo pillamos en directo.

Panorámica de Stadsholmen
Iñigo observando una estatua en un bonito patio interior
La transcurrida calle de Västerlângattan, calle principal de Stadsholmen
Una de las bocacalles de Västerlângattan
Bonito buzón a juego con la calle
Desfile a caballo I
Desfile a caballo II
La segunda de las islas es Riddarholmen, donde se encuentran la mayor parte de los hoteles y edificios de lujo desde el siglo XVII así como la iglesia Riddarholmskyrkan, que fue el lugar oficial de entierro de los reyes suecos desde el siglo XVI.

Panorámica de Riddarholmen visto desde el ayuntamiento
Plaza central de la isla de Riddarholmen
La última de las tres islas es Helgeandholmen, que tiene el honor de ser la más pequeña y únicamente alberga el Riksdag o parlamento.

Vista del parlamento
Atravesando el parlamento para llegar hasta Helgeandholmen
Apurados y sin tiempo que dedicar a la zona de los museos, vamos poco a poco volviendo hacia la estación central, contentos por la visita pues inicialmente no contábamos con ver la ciudad. Y lo hacemos intentando no volver a pasar por las mismas calles por las que nos habíamos acercado al centro histórico, jugada que nos sale muy bien porque nos cruzamos con la ópera, teatros, iglesias y varias plazas.

Ópera de Estocolmo
Iglesia de San Jacobo, de llamativo color rojo
15'50h: Estamos despegando desde el aeropuerto de Skavsta. Y tras hora y media de trayecto llegamos a Riga, la capital letona, en un aterrizaje que nos ha permitido ver la dimensión de Jurmala desde el aire (33 kilómetros de playas de arena blanca).

Playa de Jurmala, ubicada entre el golfo de Riga y el río Lielupe
Desembocadura del río Lielupe (Jurmala) I
Desembocadura del río Lielupe (Jurmala) II
Una vez allí compramos un par de tarjetas para todo tipo de transporte durante las próximas 24h al precio de 90 lets (1'20 euros). Cogemos un bus dirección al centro de la ciudad y nada más llegar nos hacemos con un mapa. Antes de comenzar la visita por el centro histórico vamos a fotografiar el puente ferroviario sobre el que hemos pasado, pues la panorámica de éste con el río Daugava y la torre de radio y televisión es espectacular.

Panorámica I
Panorámica II
Torre de la radio y televisión
Ahora si, iniciamos el tour por el centro, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco debido a sus edificios de Art Nouveau y su arquitectura del siglo XIX. Vemos la ópera, la catedral luterana, esquivamos el tranvía, pasamos frente a varias iglesias... Y damos con una estatua que llama nuestra atención: "Los trotamúsicos", algo que ya vimos hace un par de años en Bremen (Alemania).
¿Qué narices harán en Riga?

Tranvía de Riga (difícil encontrar dos iguales)
Intentando orientarnos
Palacio de la cultura de Riga
Fachada principal de la catedral luterana
Catedral luterana de Riga
Nos encontramos en la plaza donde se encuentra la susodicha estatua. El entorno es acogedor. Rodeados de casitas de cuento por un lado y la catedral por otro, una violinista pone la música. Y es allí donde esperamos a Ludmila, una chica con la que he contactado vía Couchsurfing y que se ha ofrecido a alojarnos en su casa.

Bonitas fachadas en la plaza de la catedral
20h: Al poco de llegar a la plaza, aparece. No viene sola, sino acompañada por otros 7 amig@s. Entre ellos su compañero de piso, un chico muy majete que no duda en entablar conversación con nosotros. Ludmila, también muy habladora, nos desborda a preguntas, y entre tanto nos cuenta muchas cosas acerca de Riga y su esperiencia en Couchsurfing.
21'30h: Después de tomar algo con ellos, vamos en busca del coche de su compañero de piso. Ya por el camino nos vamos topando con varios monumentos y bonitas edificaciones que no dudan en explicarnos.

Claro ejemplo de Art Nouveau
Casa de las cabezas negras
Estatua en homenaje a los "Tiradores Rojos Letones" *
* Los Tiradores de Letonia fueron un grupo de soldados voluntarios que lucharon en la Primera Guerra Mundial defendiendo los territorios bálticos aliados al ejército ruso. Tras la Revolución de Octubre, un gran número de ellos se unió a las fuerzas bolcheviques constituyendo los “Tiradores Rojos Letones”. Participaron durante la guerra civil en la Unión Soviética e intentaron establecer el poder Soviético en Letonia en 1919, siendo derrotados por fuerzas polacas y letonas nacionalistas.

Antes de subirnos en coche de Ludmila y su compañero aprovecho para sacar unas cuantas instantáneas más del puente del ferrocarril que tanto me ha gustado, pues el sol está al caer.
Ya en el coche y tras 40' de viaje (viven en un pequeño suburbio a las afueras de Riga) llegamos a su piso.

Fuente del ferrocarril I
Fuente del ferrocarril II
El tren entrando en Riga
Ocaso
Ocaso II
Ocaso III
23'45h: Después de cenar algo con ellos (nos ponen un plato con arroz, puré y trocitos de carne), optamos por echarnos a descansar, pues el cansancio hace mella. Mañana toca alquilar coche e ir a visitar castillos...

Iñigo y yo con Ludmila y su compañero