domingo, 14 de agosto de 2011

Diario de un interrailista: 2º interrail del verano 2010: Viajando x Escandinavia y países bálticos (17/8 - 4/9). Día VIII: Stavanger y Preikestolen

Pese a no haber podido descansar como nos hubiese gustado, son las 07,15h y estamos donde queríamos, en Stavanger, preparados para disfrutar de la jornada de hoy.

Iniciamos la visita de esta localidad portuaria, situada al suroeste del país. Cuenta con poco más de 100.000 habitantes y es conocida principalmente por temas relacionados con el petróleo (tiene un museo moderno acerca de este producto), el transporte marítimo, la construcción naval y otras actividades relacionadas con el mar. Callejeamos su pequeño centro histórico y tras atravesar varios parques damos con la catedral más antigua del país (s.XII), conocida como San Swithun, patrón de la ciudad.

Típicas fachadas de Stavanger

La catedral es de estilo románico y gótico

Antigua torre de bomberos y actual galeria de arte

Embarcación en el puerto de Stavanger

09,30h: Subimos a bordo del ferry -20 euros a pagar en su interior, aunque en nuestro caso conseguimos escaquearnos- que nos lleva a Tau, una pequeña localidad desde donde un nuevo bus -12 euros i/v- nos acerca a la base de Preikestolen (11h), nuestro punto de partida y donde únicamente hay un hotel y un parking.

Stavanger visto desde el barco, camino de Tau (I)Stavanger visto desde el barco, camino de Tau (II)

Son numerosos los islotes frente a Stavanger (I)

Son numerosos los islotes frente a Stavanger (II)

Panorámica de Pau

12h: Por fortuna conseguimos dejar las mochilas en el hotel, cogemos lo justo y necesario y emprendemos el camino de ascenso por los lugares señalados (3km). Subimos por empinadas cuestas, cruzamos charcos, esquivamos piedras que parecen poder desprenderse en cualquier momento, caminamos sobre enormes rocas y, después de un tercio del camino, éste comienza a suavizarse.

Pequeño "crookies" de PreikestolenAscendiendo por un tramo algo complicado

Tras un pequeño parón para disfrutar de las vistas, reanudamos la marcha por los senderos marcados y, tras una buena pateada y el paso sobre varias pasarelas, llegamos al punto más complicado, el ascenso por rocas a través del cauce de un río.

Desde cualquier punto las vistas son espectaculares......En ocasiones los cauces de los ríos son el único lugar de paso

Conseguimos ascender por ellas -no sin complicaciones- y, una vez arriba, continuamos el recorrido en lo que es la última parte del ascenso hasta el “Pulpit Rock” (roca del púlpito). Atravesamos varios bosques, pasamos junto a pequeños lagos, vemos alguna que otra cascada y comenzamos a cruzarnos con gente y más gente. Algo nos hace pensar que ya estamos llegando.

Frente a una de las tantas lagunas que hay de camino

Pese a ser verano las aguas están totalmente heladas

Atravesamos una larga esplanada y, efectivamente, ya estamos allí. ¡Por fin! Tras 2 horas y media de ascenso y llegado ya el momento, no tardamos en asomarnos; aguantamos la respiración y… Espectacular. ¡Qué vistas! –El paisaje es realmente increíble. La altura es considerable y desde allí uno puede ver todos los fiordos de la zona desde un lugar privilegiado (y peligroso al mismo tiempo).

El corte en la montaña es realmente sorprendente

"Pulpit Rock" (I)

"Pulpit Rock" (II)

Deseábamos un lugar tranquilo y silencioso; no pudo ser...

Pero aún así pudimos hacernos la tan ansiada foto

Esplanada del "Pulpit Rock"

Aprovechamos para comer allí, disfrutando así al máximo del momento. Se nos pasa el tiempo volando, algo que no es de extrañar pues estamos ensimismados ante el paisaje que tenemos delante.

Frente al fiordo de Lyse

...

......

Iñigo disfrutando del momento

Momento de relax junto a un monolito

16h: Unos nubarrones amagan tormenta, por lo que muy a nuestro pesar nos vemos obligados a iniciar el camino de vuelta. Las nubes comienzan a tomar protagonismo, el sol se ha escondido y las temperaturas están bajando sensiblemente. No queda otra.

17,15h: Ya estamos en el hotel, nuestro punto de partida. Las primeras gotas han empezado a caer, por lo que la decisión que hemos tomado de descender nada más ver las primeras nubes ha sido acertadísima.

Tras asearnos un poco y charlar con unos españoles a los que hemos conocido durante el camino, vamos en busca del bus, el cual no viene hasta las 21h. Optamos por hacer tiempo dentro del salón del hotel, bien resguardados del diluvio que está cayendo en el exterior.

21,45h: Estamos en el ferry que nos lleva de vuelta a Stavanger. Al igual que en la ida hemos sido capaces de esquivar al revisor, por lo que también la vuelta nos sale por la cara.

22,30h: Ya en Stavanger, compramos algo para llevarnos a la boca en un “24h” y, tras comprobar que no hay albergue donde poder pasar la noche, optamos por echarnos en la terraza cubierta de un bar.

La lluvia vuelve a hacer aparición. Jarrea, pero por fortuna algo sí que logramos descansar.

A veces cualquier lugar es "bueno" para dormir