martes, 10 de noviembre de 2009

DIARIO DE UN "INTERRAILISTA": Día IX: 1/8/09

o7,05h: Muy puntual, el tren llega a Frankfurt. Desde la estación visualizamos la famosa zona de negocios conocida como la pequeña Manhattan o Mainhattan, donde enormes rascacielos controlan que la ciudad esté en orden (este barrio financiero hace de la ciudad una de las tres sedes más importantes a nivel económico de Europa, junto a Londres y Ginebra). Atravesamos la zona de negocios camino al corazón de la ciudad. Nos llama la atención como los edificios son muy recientes, debido a que tras los bombardeos de la 2ª Guerra Mundial, pocos fueron los que permanecieron en pié.
Llegamos a la bonita plaza Römerberg, donde nos percatamos de algo muy característico de las ciudades alemanas y polacas, como son las fachadas de colores en las plazas más importantes de cada ciudad. Continuamos nuestra visita por la zona más antigua de la ciudad y, de camino, nos topamos con el río Main, muy importante pues además de ser utilizado como ruta para transportar material en barco, éste diferencia a la ciudad de Frankfurt (Frankfurt am Main) de su homónima Frankfurt an der Oder, al noreste del país.
Justo antes de marchar y como no podía ser de otra manera, nos acercamos a la ópera, centro cultural de la ciudad. Construída a finales del siglo XIX, hubo de ser reconstruida tras la 2ª G.M. Actualmente alberga más de 600 conciertos al año; casi nada.
12,21h: El tren no espera, por lo que a toda prisa nos acercamos a la estación. El próximo destino, Nüremberg, a donde llegamos dadas las 14,45h dejando atrás ciudades como Würzburg, que desde el tren nos deja una grata impresión.

El tranvía une la zona de negocios con el centro de la ciudad
Plaza Römerberg, en el corazón de la ciudad
Mainhattan
Sobre el río Main y la zona de negocios de fondo
Ópera de Frankfurt
Camino de Nüremberg

Una vez allí y al ver que el albergue estaba completo, dejamos las mochilas y marchamos a Bamberg, a donde nos desplaza un autobús en poco más de una hora (las vías de tren debían estar en obras). Ya allí nos adentramos en la ciudad... Una auténtica joya. Las casas tradicionales llenas de colorido, el palacio, la catedral... Todo nos cautiva. Desde un primer momento la ciudad nos transmite buenas sensaciones. Aprovechamos al máximo nuestra estancia y debido a que el tiempo aprieta, no nos detenemos ni un sólo intante. Comenzamos por el edificio Rathaus (antiguo ayuntamiento), contruido allá por el año 1386. Seguimos callejeando y subimos al palacio. Junto a él, la catedral (de inicios del siglo XIII), otro de los monumentos arquitectónicos más conocidos de Alemania junto al Rathaus ya mencionado. Ya de camino a las estación nos topamos con una escultura de Igor Mitoraj, creador singular de origen polaco (aunque nacido en Alemania en 1944) que no deja de sorpenderme allá donde voy, como ya hiciera en Cracovia o Londres, entre otras ciudades.

Vistas del río Regnitz junto al edificio Rathaus
Frente al antiguo ayuntamiento o Rathaus
Rathaus
Calma en el río Regnitz
Iglesia Parish, de 1350
"Jakobusweg"
Catedral de Bamberg
Escultura de Igor Mitoraj; inconfundible

Dejamos atrás Bamberg de vuelta a Nüremberg. Allí vamos a por las mochilas al albergue, nos damos una oportunísima ducha gracias al encargado de la recepción quien no nos pone ninguna pega, y corremos a la estación.
21,35h: Se hace de noche, y un tren a Moscú nos ha de transportar hasta Poznan (Polonia), a donde con muchos retrasos llegamos temprano, muy temprano, del día siguiente.