martes, 15 de diciembre de 2009

DIARIO DE UN "INTERRAILISTA": Día XII: 4/8/09

Hoy son las fiestas de mi Vitoria natal, pero...
Son las 06,15h y mi amigo Iñigo y yo estamos en Ceske Budejovice. Tras una noche de lo más rara (hemos dormido en un tren parado en una estación en un pequeño pueblito), el mismo tren en el que montamos ayer poco antes de la media noche nos deja en nuestro próximo destino por tierras checas.
Diluvia de lo lindo (al igual que hiciera ayer), pero hay que ponerse las pilas. A las 09,13h otro tren nos lleva a Ceske Krûmlov, y sólo hay otro en todo el día y es a las 16h!!! -Comenzamos a patearnos la ciudad. Nos es muy grande, y sus atractivos turísticos se resumen a la plaza central del pueblo y a las callejuelas que la rodean.

Plaza principal de Ceske Budejovice con la fuente de Samsón, la más grande del país

Visto lo poco que ofrece esta localidad, hacemos tiempo callejeando hasta que nos da la hora de subirnos a bordo de un descacharrado tren, encargado de llevarnos hasta Ceske Krûmlov. El trayecto es de lo más singular. Nos adentramos en un bosque de lo más siniestro. Las ramas no cesan de rayar los cristales del tren, a ambos lados no vemos más que matojos, arbustos... Y de repente, llegamos a una pequeña y solitaria estación de tren perdida en medio de la nada. El tren finaliza su trayecto, así que no nos queda otra que bajarnos. La lluvia no cesa, por lo que intentamos que la chica de la estación nos guarde las mochilas. Ella accede a cambio de una contraprestación (poco menos de 2 euros). Sin problema.
Con la lección aprendida, cogemos lo mínimo posible. No hace frío, pero tener que llevar luego todo calado en la mochila no es muy agradable que digamos. Debido a ello, unas chanclas, un culote, una camiseta de manga corta y un chuvasquero son mis atuendos escogidos.
Nos encontramos en lo alto de un valle, con unas vistas realmente espectaculares pese a los nubarrones y el agua que cae. Calle abajo, buscamos el pueblito que pretendemos visitar, de sólo 16.000 habitantes. Afortunados ellos de vivir en este paraje. Qué vistas!!
Después de haber descendido algo más de un kilómetro, llegamos a lo más profundo del valle. Ahí, arrinconado, se encuentra Ceske Krûmlov. Casitas de colores lo conforman, y un río rodea toda la localidad, con puentes que lo unen con las montañas de alrededor. Todas las calles son empedradas, y los negocios son pequeños locales cuidados hasta el más mínimo detalle. Además desde lo más alto, un enorme e imponente castillo con unas murallas descomunales domina todo el pueblo. Realmente esto es de cuento.

Pasarela del castillo de Ceske Krûmlov
Plaza central del pueblo
Peculiar fachada
Aspecto de una de las callejuelas de Ceske Krûmlov
Con Iñigo. Detrás, el castillo

Visto todo el pueblo, subimos al castillo. Lo mejor, sin duda, las vistas. Únicamente visitamos los patios, abiertos a todo el público, desechando así pagar para ver las habitaciones, salones y demás de la aristocracia.

Uno de los patios del castillo
Bonito rincón en el interior del castillo
Panorámica de Ceske Krûmlov
Camino de la estación, empapado
Tomando una Budweiser, en el mismísimo lugar de origen (estación de Ceske Krûmlov)

14h: Abandonamos Ceske Krûmlov de vuelta a Ceske Budejovice. Empapados y sin calcetines de repuesto, nos compramos un arsenal de ellos a un módico precio. Sin tiempo que perder, cogemos otro tren hacia la frontera checo-germana. Hasta llegar allí, vivimos toda una odisea. Transbordo de trenes, cambio a autobuses que nos hacen llegar tarde a nuestro próximo tren, esperas interminables en estaciones de trenes... Pero entretanto, conocemos una pequeña localidad fronteriza entre los dos países; Cheb. Con todo el tiempo del mundo pues no hay trenes que nos acerquen a Nuremberg (Alemania) hasta pasadas las 2 horas de espera, nos acercamos al centro de este pequeño pueblo, conocido también como Eger. La plaza principal nos sorprende gratamente. Allí, y sin nada más que ver, nos echamos a descansar, disfrutando de la espera con unas cervezas, una naranja y unos pistachos.

Típica estación de los pueblos fronterizos entre Rep.Checa y Alemania
Vistas desde el tren de una bonita localidad checa
Ayuntamiento de Cheb (aún en la Rep. Checa)
Como niños en la plaza principal de Cheb

22,15h: Llegada a Nuremberg. Por fin. Después de ver los trenes de mañana hacia Lübeck (norte de Alemania casi fronterizo con Dinamarca), nos acercamos al albergue (ya lo conocíamos debido a que estuvimos de paso hacía ya unos días). Allí dejamos todo, nos damos una ducha... Y comenzamos con nuestra visita nocturna, la cual finalizamos a eso de la 01,30h con un buen helado.

En la plaza del mercado de Nuremberg
Ayuntamiento
La luna sobre las torres de la catedral de Nuremberg

Mañana más y mejor pensamos... Porque esta ciudad promete.