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07'30h: Nos despertamos y sin tiempo que perder nos ponemos en marcha. Toca coger el ferry en el puerto de Tallín, pues el día de hoy lo vamos a dedicar a Helsinki, la capital de Finlandia.
Panorámica del centro histórico de Tallín visto desde el ferry
Panorámica desde el ferry del puerto y la ciudad de Tallín
08'30h: Nuestro ferry zarpa, y tras dos horas y media de viaje, llegamos a nuestro destino. Como ya sabíamos, Finlandia es caro, por lo que no nos extraña que el precio del billete de ida nos suponga 21 euros por cabeza (descuento del 20% incluido al enseñar la tarjeta de estudiante).
Helsinki nos recibe nublado, algo que agradecemos después del temporal que nos ha tocado vivir desde el interior del ferry durante el trayecto. El frío también se hace notar, pese a que estamos a finales de Agosto. Para combatirlo, apenas llegamos iniciamos una ruta por la ciudad. Lo primero que hacemos es visitar una de sus dos catedrales, la ortodoxa, muy cerca del puerto.
Vista de Helsinki a nuestra llegada en ferry
Catedral ortodoxa de Helsinki
Desde allí continuamos rodeando el muelle, nos informamos de los precios de la barquita a Suomenlinna (una fortaleza construida sobre seis islas conectadas entre sí, frente a Helsinki) y optamos por meternos en una cafetería a desayunar y tomarnos un buen café que nos haga entrar en calor.
12h: Abandonamos la cafetería y vamos en dirección al centro de la ciudad, más concretamente a la plaza del Senado donde nos espera la catedral evangélica luterana, ubicada al final de 45 escalones. Es el símbolo de Helsinki, y su construcción data de 1830-1852.
Catedral luterana y estatua en honor a Alejandro II
Plaza del Senado de Helsinki
Una vez vista, atravesamos las calles peatonales de la ciudad, visitamos el museo nacional (en el cual nos colamos), el edificio de la ópera, la peculiar estación de tren, el estadio de inauguración de las olimpiadas de 1952...
La estación de tren de Helsinki (1904), de claro estilo Art Nouveau
Interior de la estación de tren
Monumento a Svinhufvud, el que fuera presidente del país
Museo Nacional
Cráneos en el interior del Museo Nacional
Armas en el interior del Museo Nacional
El tranvía, una reliquia
En el estadio de las olimpiadas de 1952
16'30h: Tras sanar el hambre a base de pizza y ensalada (buffet libre por 7 euros), pasamos a Suomenlinna, conocida también como Sveaborg. Son las 17'15h y tenemos tiempo de sobra para la visita (a las 20'45h tenemos ferry de vuelta a Tallín).
Mapa de Suomenlinna
Panorámica de Suomenlinna
Suomenlinna es Patrimonio de la Unesco
Este conjunto de islas es una atracción para no perdérsela. Pese a su pequeño tamaño, ofrece mucho al visitante. Lo más atractivo es sin duda su fortaleza, repartida a lo largo de las seis islas y que data del año 1748. Otros lugares de interés a visitar son los cañones que pueden verse por doquier, la muralla, el castillo, el astillero (lugar donde se hacían y reparaban las embarcaciones), el muelle, los monumentos o incluso un submarino encallado que desde hace tiempo reposa en una pequeña cala.
Sobre uno de los puentes que conectan todas las islas de Suomenlinna
Detalle en una ventanas de una típica casa de madera de Suomenlinna
Vista de uno de los ferries que cubren el trayecto entre Tallín y Helsinki
Gaviota
Relax
"Encañonado"
Apuntando. ¿A dónde?
Los cañones están por todas partes en Suomenlinna y son muy variados
Submarino
Astillero de Suomenlinna
Edificio militar utilizado actualmente como escuela naval (Suomenlinna)
Atardecer I
Atardecer II
19'30h: Algo apurados, cogemos la barquita de vuelta al puerto de Helsinki, a donde llegamos pasadas las 20h. Y tras comprar el billete de vuelta, subimos a bordo del ferry que, rápido, muy rápido, nos deja en Tallín (22h).
22'20h: Estamos en el coche y estamos decididos a cubrir, de noche, parte del trayecto a Parnu, ciudad que nos toca visitar mañana a primera hora. Pese a ser apenas 130 los kilómetros que distancian a Tallín de ésta, optamos por hacer más de la mitad del trayecto.
23'30h: Estamos en una esplanada junto a la carretera a apenas 30 kilómetros de Parnu. Cenamos, planificamos los próximos días y cuando el sueño hace su aparición nos echamos a dormir.
