lunes, 19 de diciembre de 2011

Diario de un interrailista: 2º interrail del verano 2010: Viajando x Escandinavia y países bálticos (17/8-4/9). Día XV: Parnu (EST) y Aluksne (LET)

08'30h: Tras despertarnos, salimos en coche hacia Parnu. En apenas una hora realizamos los 80 kilómetros que habíamos dejado pendientes anoche para cubrir la totalidad del trayecto. Tras aparcar, vamos directos a la oficina de información y una vez documentados nos adentramos en esta pequeña localidad.
Parnu está situada a orillas de la bahía del mismo nombre, en el mar Báltico, al suroeste de Estonia. Es un popular destino turístico aunque por suerte no podemos dar fe de ello, pues no hay mucha gente. Hace frío y los días de playa parecen haber quedado ya atrás. Después de callejear un poco y descubrir algún que otro rincón con encanto, vamos a los lugares que nos han recomendado.

Iglesia de Santa Elisabeth y fachadas típicas de Parnu
Interior de la iglesia de Santa Elisabeth, con un segundo piso y muy bajita
Bonitas fachadas

"Torre Roja". El edificio más antiguo de Parnu, es una torre medieval defensiva del s.XV
Atravesamos su calle principal, visitamos varias de sus iglesias, la puerta de entrada a la ciudad, la zona monumental con esculturas de personajes ilustres de la ciudad... Y llegamos a la playa. Tras un pequeño paseo desayunamos alguna que otra galleta que tenemos suelta y, necesitados de una ducha, convencemos a los encargados de los vestuarios para que nos dejen darnos un chapuzón con agua caliente al módico precio de un euro por cabeza.

En Rüütli, la calle principal de la parte vieja de Parnu
Iñigo en la puerta de acceso a la ciudad de Parnu
Uno de los tantos personajes ilustres inmortalizados por la ciudad
Parnu también es conocido por sus balnearios
Aprovechando los primeros rayos de sol en la playa de Parnu
12'30h: Una vez duchados, abandonamos Parnu en direccion a Aluksne, ya en Letonia, lugar al que deberíamos de haber llegado en tren antiguo desde Gulbene hace unos días pero debido a una multita que nos pusieron no nos fue imposible.
16'40h: Ahora si, llegamos a Aluksne, esta vez sin prisas. Incluso hemos parado en Valga, una pequeña localidad fronteriza (aún en el lado estonio) a comprar algo de comida e informarnos bien por dónde llegar, pues pese a no tener que pasar ningún tramite burocrático en la frontera, el cambio de las carreteras de un país a otro es brutal, tanto por el asfaltado (a veces inexistente en Letonia) como por la señalización.
Al poco de llegar a Aluksne vamos a la oficina de turismo, un bonito edificio conocido como el castillo nuevo de Aluksne. La encargada del local, atónita por tener allí a dos españoles, no duda en preguntarnos tantas cosas como puede acerca de nuestra presencia en su localidad. Una vez le mostramos nuestro interés por el único tren de vía estrecha aún en uso en el país (por lo cual queda aun más perpleja), nos documentamos de los horarios del tren así como de qué visitar en Aluksne, una villa a orillas del lago del mismo nombre, muy cerca de la frontera con Rusia.

Castillo nuevo de Aluksne
Tras visitar las ruinas del castillo Marienburg en la isla de Pils (en el centro del lago) y llevarnos algo a la boca en la estación de tren de Aluksne, optamos por acecarnos a Kalniena, una de las estaciones a mitad de recorrido por donde debe parar el tren (sale a las 18'30h desde Gulbene) en sus 33 kilómetros de trayecto hasta Aluksne y donde nos gustaría poder cogerlo (en torno a las 19'15h).

Ruinas del castillo Marienburg en la isla de Pils (Aluksne)
Antiguo embarcadero del lago
Aprovechando para comer algo junto a la estación de tren de Aluksne
Final de la vía (estación de Aluksne)
Antiguo vagón y almacén de carga y descarga (estación de Aluksne)
Posando como pasajero a la espera del tren
19'25h: Aún vivos (era lo difícil después de derraparnos varias veces el coche por un camino de gravilla donde en ocasiones las ruedas incluso se nos bloqueaban), llegamos. Por el camino hemos visitado un museo al aire libre, un pequeño poblado no habitado reconstruido como era antes, una típica aldea con su pozo y sus casas de madera.

Aldea antigua (museo al aire libre, cerca de Aluksne)
Bonita casa rural
Peligro. Tren a 30k/h!!
Acabamos de aparcar el coche. Estamos en Kalniena, una estación en medio de la nada. Obviamente no hay nadie, pero a lo lejos oímos un ruido. Nos asomamos a la vía y... ¡Viene el tren! -Emocionados, no dudo en grabar y fotografiar cada instante. Va a 30km/h, lo que hace que la última recta que realiza el tren se me haga eterna, algo que agradezco para sacar más y más fotos.
El tren, formado únicamente por una máquina (no es la típica negra de carbón originaria de 1903 de la cual me había enamorado por internet) y un vagón, se detiene. Aparece el señor que nos había enseñado la cochera con máquinas antiguas días atrás, en Gulbene. Nos sonríe, nos saluda y nos invita a subir. Una vez dentro del vagón (este sí que es antiquísimo), disfrutamos del trayecto hasta Aluksne atravesando bosques y más bosque donde apenas parece haber señal de vida. Hay maleza, ramas caídas y mucha agua por todas partes. El entorno es realmente salvaje.

Estación de tren de Kalniena
Las vías ni tan siquiera son rectas. Ojo a los raíles
El tren hace su aparición en estación de Kalniena
He aquí el vídeo
En el interior del vagón con el maquinista. La locomotora va sóla!!!
20'30h: Estamos en Aluksne. La máquina de tren debe colocarse al otro lado del vagón. Disponemos de 30', tiempo suficiente para repetir las fotos que había tomado a media tarde, pero esta vez con el tren como protragonista.

La locomotora realizando maniobras en la estación de Aluksne
Haciendo de maquinista
Tren antiguo (Aluksne)
Con Iñigo frente a la locomotora (Aluksne)
21h: Está atardeciendo. Con puntualidad alemana (hay quien dice que ese dicho pega más con los ingleses), el tren inicia su camino de vuelta a Gulbene y, tras poco más de media hora, nos deja de nuevo en Kalniena. Nos despedimos del amable señor así como de las otras dos personas autóctonas que viajan en su interior (únicamente hemos coincidido con 5 personas en ambos viajes), no sin antes pagarle los 3'5 lat (5 euros en total) que nos cuesta el trayecto de ida y vuelta.

Una de las "paradas" del trayecto, en medio de la nada!!
21'30h: Estamos en Gulbene. Hemos llegado antes que el tren. Después de ver por segunda vez la llegada de éste a estas horas de la noche (ya lo hicimos hace unos días), compramos algo de cenar y vamos camino de Vilna, capital Lituana. Por el camino decidimos pararnos a cenar en el arcén y, tras completar el trayecto hasta la frontera, optamos por dormir en Zarasai, una pequeña localidad fronteriza de apenas 8.000 habitantes, ya en el lado Lituano.
02'15h: Poco después de detener el coche y buscar un lugar poco iluminado, nos echamos a dormir en la parte trasera del coche.