sábado, 7 de mayo de 2011

Diario de un interrailista: 2º interrail por Europa del Este (1-16 de Agosto). Día XIII: 13/08/2010

07h: Amaneciendo, me despierto. Aprovecho para bajarme del coche a realizar las primeras fotos del día. Al poco despierto a Carlos para que aproveche también pues la ocasión lo merece. Las vistas de la bahía de Kotor desde la localidad de Perast nos permiten ver algo que ayer, debido a que era ya de noche, no pudimos contemplar. Se trata de dos diminutas islas que, curiosamente, cada una de ellas cuenta con su iglesia. Son la Isla San Jorge y de la isla Nuestra Señora de la Roca (ésta última artificial), a donde se puede llegar gracias a pequeñas embarcaciones que cubren la ruta a un módico precio.

Amanecer en Perast (Bahía de Kotor)
Islas frente a Perast

08h: Vamos en dirección a Herceg Novi, la última localidad antes de pasar la frontera a Croacia. Se trata de un pueblo muy concurrido que cuenta con poco más de 10.000 habitantes. Antaño fue una villa antigua muy pintoresca situada sobre unas pendientes de colinas repletas de árboles. Destaca por el anfiteatro con vistas al mar y que se encuentra en el interior de una fortaleza (Kanli Kula) perteneciente a la época en la que los españoles dominaron la ciudad, así como por las murallas del s.XV, la iglesia serbia San Miguel Arcángel, la torre del reloj y sus playas de arena blanca.

Plaza central de Herceg Novi, con la torre del reloj
Plaza de la iglesia serbia San Miguel Arcángel
Anfiteatro de Herceg Novi y vistas de la Bahía de Kotor
Anfiteatro
Carlos disfrutrando de las vistas

Tras visitar todo cuanto nos ofrece esta localidad y habiendo desayunado un café con galletas en lo más céntrico, toca cruzar la frontera en dirección Dubrovnik. Tras una hora parados, conseguimos pasar sin problema alguno, y apenas 15' después ya estamos sobre la ciudad antigua de Dubrovnik. Las vistas son espectaculares. Paramos en el arcén pues las fotos son de postal, disfrutamos del momento y continuamos nuestro viaje. Hoy no es el día asignado para visitar Dubrovnik, pues lo haremos el día en que toca regresar a devolver el coche a Buvda (Montenegro).
Únicamente paramos en el puerto deportivo de Dubrovnik y lo hacemos para informarnos de los ferries de vuelta para el día 16 desde Split (Croacia) a Ancona (Italia) y para comprar dos billetes de autobús desde aquí hasta Split.

Panorámica de Dubrovnik
En la frontera entre Bosnia y Croacia, disfrutando de una buena Karlovacko

Toca ir hacia las cascadas Kravica, en Bosnia, por lo que no hay tiempo que perder. Protegidas por el gobierno por ser un fenómeno natural, están situadas cerca de las localidades de Vitalijna y Ljubuski. Están en el curso del río Trebizat, uno de los más ricos y largos de la zona.
16h: Llegamos a la zona de las cascadas Kravica. No resulta fácil localizarlas y es por ello por lo que de camino nos desviamos algo, aunque esto nos posibilita conocer a un grupo de italianos que cooperan en Mostar con niños pequeños. Viajan en tres coches y están tan perdidos como nosotros. Al final entre todos somos capaces de enderezar el rumbo y, no mucho tiempo después conseguimos dar con nuestro destino.
El ruido del agua se hace sentir. Puede oírse desde todas partes y, a medida que nos acercamos, se hace más ensordecedor. A lo lejos divisamos parte de las cascadas, y cuanto más nos vamos acercando, mayor es el espectáculo. La descripción del lugar no es sencilla y debido a ello no paramos de inmortalizar el momento a base de fotos. Como era de esperar, optamos por darnos un baño y, como por petición divina, Joseph, un joven que nos había guardado nuestras pertenencias en el interior de su chiringuito se acerca a nosotros con dos cervezas recién servidas en la mano. Increíble.
Disfrutamos del momento tanto como podemos y, cuando los últimos rayos de sol dejan de calentar, recogemos todo pues toca ir en busca de Trevinje.

Imagen de las cascadas Kravica, en Bosnia (I)
Imagen de las cascadas Kravica, en Bosnia (II)
Imagen de las cascadas Kravica, en Bosnia (III)
Disfrutando de un baño bajo las cascadas Kravica
Y de cada rincón que éstas ofrecen
Con Joseph
Carlos y yo brindando en un lugar inolvidable

Trevinje es otra localidad bosnia conocida por su famoso puente de origen turco, uno de los más famosos del país, y que pese a ser construido en el s.XVI a escasos 5 kilómetros de la ciudad fue trasladado en el año 1960 a apenas un kilómetro de Trevinje.
21,15h: Llegamos a Trevinje, casi en la frontera con Croacia pero hacia el interior. Lo hacemos por un camino peor que malo; más concretamente por una carretera comarcal con escasa visibilidad, pues la falta de infraestructuras en la zona no nos deja otra alternativa.
Aunque de noche, aprovechamos para visitar el puente, fotografiarlo y continuar en dirección Mostar pues la localidad de Trevinje en sí tiene poco o nada que ofrecer.

Famoso puente de Trevinje

23h: Ya estamos en Mostar. La decisión de ir a visitar el puente de Trevinje nos ha retrasado en exceso los planes, así que optamos por visitar la ciudad y percnotar en ella para continuar la visita mañana por la mañana.
Es mi segunda visita a Mostar, lo que me posibilita orientarme sin problema alguno, algo que sin duda es una ayuda para hacer un recorrido nocturno. Visitamos el famoso puente de Mostar sobre el río Neretva (reconstruido por la ONU después de los bombardeos de la guerra acaecida entre el 92 y el 95), la "ciudad vieja" y varias mezquitas.
Cuando el hambre aprieta, buscamos un lugar donde comer algo parecido a un plato combinado a un módico precio y ya pasada la medianoche nos reencontramos con el grupo de italianos de Kravica. Aceptamos la invitación de tomarnos un helado y una cerveza con ellos en una tranquila terraza, pasamos el rato hablando con ellos y ya sobre las 01,30h, cuando el sueño empieza a hacer su aparición y sin pensárnoslo dos veces, nos retiramos al coche a intentar pegar unas cabezaditas, pues mañana hay que aprovechar desde primera hora de la mañana.

Tomando algo con los italianos en Mostar, Bosnia