jueves, 30 de agosto de 2007

DIARIO DE UN "INTERRAILISTA". Día IV: 6/8/07

9,44h: Pedro, Pipo y yo partímos hacia Mónaco, segundo país más pequeño del mundo (1,95km2) y el más densamente poblado. En apenas media hora ya estamos rodeados de "la crem". Aston Martins y Rolls Roices por aquí, Maseratis y Porsches por allá, Ferraris por todos lados, espectaculares yates amarrados en el puerto deportivo, casinos... Así es Monte-Carlo, capital del minúsculo país.
Poco más que ver; la catedral (excesivamente restaurada), el estadio "Luis II" de fútbol, una exposición de coches de época... y la playa. Por fin un baño. Como ya dije, no podía marcharme de la costa azúl sin un chapuzón en estas aguas. Además, mis 50kms con 15kg. en la espalda en los apenas 3 días de interrail lo merecen.
15,43h: Abandonamos tanta riqueza en dirección Ventimiglia, ciudad fronteriza italiana. De ahí cogemos otro pequeño tren regional hacia Cuneo, "serpenteando" entre los Alpes franceses e italianos, que nos brinda un paisaje de lo más pintoresco. ¡¡Me huele a Suiza!! Montaña, ríos, precipicios... Verde, mucho verde...
-Ya en Cuneo (pequeña pero bonita ciudad) nos pateamos sus dos calles principales y "fichamos" una fuente y un par de pizzerías, pues éstos se morían de hambre y tenían mono de pizza. Después de sanar el apetito con pizza y helado, nos acercamos a la fuente ya mencionada, donde Pedro y Pipo no puedieron resistirse a darse el mismo baño del que yo estaba disfrutando, champú y gel incluído. Atentos a que no apareciera ningún policía (eran las 23,45h), nos cambiamos bajo un pino y buscamos dónde dormir. Un andén inutilizado de la estación (o eso pensábamos) fue el lugar escogido. By: zulaicamedium

Junto a un Ferrari, en Mónaco.

Pipo, Pedro y yo; detrás la ciudad de Monte-Carlo y el espectacular puerto deportivo Fuente testigo de nuestro baño; Cuneo