miércoles, 23 de marzo de 2011

Diario de un interrailista: 2º interrail por Europa del Este (1-16 de Agosto). Día X: 10/08/2010

07h: Habiendo dormido escasamente 4 horas, Carlos y yo nos ponemos en pie, mientras dejamos a David durmiendo, pues tiene que coger el avión desde Sofía de vuelta a España a media mañana.
Aprovechamos al máximo desde primera hora. Comenzamos a ver la ciudad a buen ritmo, pues estamos avisados de que tampoco ofrece mucho al visitante. Es por ello por lo que, en el caso de ir bien de tiempo, nos gustaría pillar el primer tren a Belgrado a las 11,40h.
Lo primero que hacemos es acercarnos al Palacio de Justicia, por la cercanía desde nuestro albergue.
Ya desde aquí vamos en busca de la catedral Alexander Nevski, sin duda lo más destacado de la ciudad. Es una de las construcciones ortodoxas más grandes de mundo.

Tranvía, algo anticuado para los tiempos que corren
Frente a la catedral; versión moderna...
...Y versión antigua
Cúpulas de la catedral vistas desde dentro
Acto seguido nos acercamos a la iglesia de San Jorge, del siglo IV, uno de los templos religiosos más antiguos de cuantos hay por la zona de los Balcanes, y que curiosamente se encuentra en el patio interior de un bloque de viviendas.
A continuación nos dirigimos al Consejo de Ministros, ubicado en el centro de la ciudad. Desde allí proseguimos en dirección a la plaza del parlamento, que está dominada por la estatua del emperador ruso Alexander II.

Iglesia de San Jorge
Consejo de Ministros
Iglesia rusa de Sofía, que me recordó a otra vista años atrás en Niza, Francia
10h: Después de una buena caminata por la ciudad, vamos en busca del campo de fútbol del Levski de Sofía, un moderno estadio que ya ha albergado varios partidos de Copa de Europa. De camino pasamos frente a la universidad (que al igual que el parlamento se trata de otro edificio neoclásico) y atravesamos un enorme parque dominado por una estatua al ejército soviético del año 1954, en honor a la victoria sobre los nazis durante la 2ª Guerra Mundial, la cual ha generado muchas controversias desde entonces sobre si debería ser demolida o no.

Universidad
Monumento al ejército soviético
11,40h: Como no podía ser de otra manera, muy apurados, cogemos el tren en dirección Belgrado. Dejamos atrás Sofía, una ciudad que pese a ser la capital del país y una de las más antiguas de todo Europa, nos ha defraudado un poco. Salvo la catedral, el resto no esconde nada en particular que lo diferencie de otras ciudades del Este de Europa. Y en comparación con otras capitales europeas de la zona como Budapest, Zagreb, o Praga entre otras, Sofía no cautiva al viajero que por allí se deje caer, aunque no por ello desmerezca una visita, pues para aquellos que viajan sin mucho tiempo, puedo decirles que en una mañana se puede ver. En definitiva, que pese a ser una capital, puede meterse en el grupo de las "ciudades de paso".

Dejando atrás Sofía
Sitio VIP en el último vagón del tren
Esperando a que se reanude el viaje (frontera entre Bulgaria y Serbia)
Vagones retenidos en una pequeña estación
-El tren sigue su camino. Vamos con algo de retraso, pero nada comparado con el que vamos a llegar a Belgrado. Sinceramente tampoco nos importa mucho, porque una vez más los paisajes "semivírgenes" son espectaculares. El único problema es que hemos quedado en torno a las 21h (la supuesta hora de llegada) con mí amiga Itana, una chica serbia que conocí en Roma un par de veranos atrás.

El tren atraviesa un gran número de puentes durante el trayecto
Presa
21h: El tren debería de estar haciendo su aparición en Belgrado, pero ya he avisado a Itana de que vamos con 3 horas de retraso.
El trayecto ha sido entretenido, aunque no por ello recomendado. Lo que cuento a continuación cuesta creerlo.

La protagonista del trayecto, de no ser por el suceso de los narcos
Entre Carlos y yo perdimos la cuenta de las fotos que le hicimos
Tras pasar la frontera bulgaro-serbia y cuando Carlos y yo estábamos dando una cabezadita, dos narcos nos han abierto la puerta del compartimento al grito de "¡no problem, never problem!". Ambos nos hemos despertado de un salto, pero aturdidos por el sueño y porque no damos crédito a lo que estamos viendo, apenas nos hemos inmutado. Hemos dejado que maniobren como han querido, y esto ha sucedido de la siguiente forma:
Uno da instrucciones, mientras el otro obedece. El primero de ellos saca una bolsa de tela, mientras el segundo abre cuidadosamente la tapa de la luz del techo mediante un destornillador, consiguiendo que ésta quede colgando. Éste último empieza a sacar armas del falso techo, mientras el que da las ordenes se impacienta diciéndole algo así como que corra y que saque más y más. Apenas cinco minutos después y tras haberles contestado a sus preguntas sobre de dónde éramos, marchan cubriendo con un plástico las puntas de las armas que sobresalen de la bolsa de tela, diciéndonos antes "Bask, Kosovo, Kosovo, Bask". -Vamos, una pareja de narcos de Kosovo que una vez obtenida la independencia del país se dedican al contrabando de armas. Increíble.
A todo esto que la policía anteriormente ha revisado el tren en la frontera, y posteriormente lo ha hecho una policía privada en la estación búlgara de la localidad de N.
Poco después de este suceso, el tren se ha detenido en medio de la nada, y uno de ellos ha aprovechado para bajarse con la bolsa llena de armas, se ha metido por medio de un campo de maíz, y lo hemos perdido de vista. Del otro nada más hemos sabido.

Momento en que uno de los narcos se baja del tren con la bolsa llena de armas
Carlos señalando el lugar donde las escondían
Después del susto, pudimos seguir disfrutando del paisaje
22,45h: Con mucho retraso, el tren llega a la estación principal de Belgrado. Es de noche, e Itana ya me ha comunicado que tras más de 2 horas de espera, se ha vuelto para casa pues entraba a trabajar de noche, por lo que ya quedaríamos al día siguiente.

Anocheciendo antes de llegar a Belgrado
Así las cosas, buscamos un albergue donde descansar, y tras mucho patear, cenar algo y comprobar de primera mano que Belgrado es una ciudad con mucha vida nocturna, damos con uno, siguiendo las indicaciones de un argentino que conocimos durante el trayecto en tren y que nos lo había recomendado. Una vez allí, quedamos en pagar al día siguiente, dejamos todo y nos vamos a dar una vuelta, pues el buen ambiente invita a ello.
A eso de las 02,30h, ambos estamos ya en el "quinto sueño", pues el día ha sido agotador y una vez más mañana toca aprovechar desde primera hora del día.